El libro fue presentado en el Museo Regional de La Laguna
TORREÓN, COAH.- Que seamos capaces de dudar en lo que creemos. Ese es el mensaje principal de La Primera Enseñanza de Felipe Garrido, su publicación más reciente que fue presentada en el auditorio del Museo Regional de La Laguna el sábado pasado.
“Profundamente conmovido, nervioso, engentado y más que nada agradecido” se mostró el escritor de origen tapatío, quien una vez más pidió disculpas a sus amigos los laguneros por no haber nacido en Torreón.
“Fue culpa de mis padres y del Reparto Agrario de Cárdenas, porque mi padre tuvo que irse a trabajar a Guadalajara en una fábrica de huaraches y a mi se me ocurrió nacer allá”. No obstante, y como él mismo explicó, la historia de su vida ha estado íntimamente ligada con la de Torreón. Tanto que hasta está casado con una lagunera, Sonia Salum, a quien conoció en una de sus múltiples visitas por la región.
Para comentar La Primera Enseñanza, el Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) y la Dirección de Arte y Cultura de Torreón, organismos que coordinaron este acto, invitaron a Jossie Reynoard de Iriarte, a Fernando Martínez Sánchez y a Jaime Muñoz Vargas.
El primero en hablar fue el cronista de la ciudad, quien comentó que “al ver el título y la portada a primera vista, un lector despistado podría pensar que se trata de un libro para niños. Sin embargo, el libro pretende enseñar a los adultos a leer, reúne las características de un modelo literario para los escritores, tanto por estilo como por la forma en que fue estructurado, lo que permite que pueda leerse también como una novela”. Don Fernando Martínez agregó que Felipe Garrido, a quien conoce desde hace 16 años, antes que pedagogo es narrador, cualidad que ha puesto de manifiesto en anteriores publicaciones.
Por su parte la señora de Iriarte, presidenta del patronato Adopte una Obra de Arte, señaló que luego de leer el libro se dio cuenta de que está inspirado en muchas filosofías; en su opinión, se trata de 53 escritos a manera de breviarios de reflexión, los cuales son amenos y cada uno tiende una trampa que lleva a una lección y a un encuentro con el ser: “nos brinda una filosofía que brota de su interior”.
El último en tomar la palabra fue el escritor lagunero y catedrático de la Universidad Iberoamericana, Jaime Muñoz Vargas, quien opinó que el texto bien hubiera podido llevar por título “La Primera y Sonriente Enseñanza de Garrido”.
Dijo que “la novela es una especie de glotona de la realidad y de la fantasía; comprueba la poliédrica complexión de un objeto novelístico. Lo primero que llama la atención es el título”.
En La Primera Enseñanza, “la reflexión sobre lo trascendente ha tomado lugares como la playa, el bar, dice albures. Casi pudiera decirse que no tiene una historia, sino tantas. Uno siente leerlo más con las orejas que con los ojos”.
Por último, Muñoz Vargas aseguró que el libro “nos enseña con humor a que vivimos en un mundo con muchas cabezas, y que todas confluyen en el amor. Es una mezcla sobre la tolerancia, no es ocioso invertir un poco de tiempo en esta novela”.
Al término de los comentarios, tocó el turno de hablar de La Primera Enseñanza al mismo Garrido, quien dijo “cuando uno escribe algo, lo publica y se deshace de él, por lo que uno se convierte en lector de su propia obra, y se le obliga a leerlo con otros ojos”.
Confesó que una de las razones de ser de este libro, es ofrecer un homenaje a esa costumbre que tiene todo ser humano de contar historias. Prueba de ello son los 53 relatos de los que consta el texto.
Para orgullo de los presentes, Garrido aseguró que una parte importante de este libro fue escrita en Torreón, durante una de sus visitas a esta ciudad. De hecho, informó que un pasaje de la que será su nueva publicación, fue escrito también aquí, apenas la Navidad pasada.
REFLEXIONES
Felipe Garrido citó unas frases del libro, nombradas por el protagonista de la historia, el “Marinero Ilustre”, en las que se puede resumir la esencia de La Primera Enseñanza.
-Lo primero es la confianza, y con la confianza llega la paciencia.
-Lo segundo es no detenerse en las ofensas, es dejarlas pasar.
-Cada quien debe tomar sólo lo que merece, y nadie merece más que nadie.
-Cada quien debe limpiar su cuerpo y su corazón.
-Todo sucede por alguna razón, y cada quien debe hallarla.
-La verdad no puede alcanzarse con las palabras, tiene 400 rostros y si alguien mira intensamente uno de ellos, llega a encontrarla.
FUENTE: El Siglo de Torreón.