MATAMOROS, COAH.- Dicen que ni brincando como ranas pueden pasar por la angosta carretera anegada por las recientes lluvias. Se trata de la privada 20 de Noviembre. Una de las tantas arterias que impide el paso al peatón y que ni haciendo tango, maroma y teatro se salva de mojar sus vestiduras.
Angelita Morales Chávez, una simpática sexagenaria a quien los surcos de la edad cincelan sus facciones, dice que los vecinos de la privada temen que llueva porque ya saben que siempre se presenta la misma problemática, “esta agua ahí se queda hasta que sola se seca”, asegura al tiempo que señala el lugar y agrega, “nadie viene a desaguar y tememos que la construcción de nuestras casas se vean afectadas, pues toda esa agua la chupa la tierra”.
Y es que esta arteria tiene por cada extremo, dos ceñidas banquetas, por donde apenas puede pasar una sola persona. Además que en sus orillas, se aprecia el crecimiento de hierba seca donde se acumula basura y todo tipo de desperdicios.
Mientras la sexagenaria expone su problemática, se acerca Dionicia Olvera López, jefa de colonia para afirmar que el agua acumulada en esa arteria se debe a que la carpeta asfáltica de la calle Hidalgo –vía principal- está más alta en relación a la angosta carretera de la privada.
“Si se fija, ésta arteria –la de la privada- quedó en pozo y como no existe ninguna salida, no hay corriente y por eso se estanca”, añade Olvera López quien considera, que de correr el agua, “de todas maneras se encharcaría, pues la alcantarilla está tapada”, expone al tiempo que indica a la cloaca.
En ese momento, llamó la atención una joven madre de familia embarazada quien con dificultad caminaba por la angosta banqueta. Ella deambulaba por esa arteria en compañía de un niño de aproximadamente tres años de edad y al llegar a la calle principal –la Hidalgo-, comentó que esa travesía la realiza cada que llueve, “siempre es lo mismo y nadie nos ayuda...y eso que a unas cuantas cuadras está la presidencia”, comenta un poco agitada.
El problema, coinciden las señoras, es que no existe un real compromiso de parte de las autoridades municipales, “solamente cuando quieren nuestro voto, aquí están, pero cuando todo acaba, ni quien se acuerde del pueblo”, argumenta Olvera López quien confiesa que pese a todo eso, “sí voté, es una obligación ciudadana”.
Un recorrido por la ciudad, permitió al Siglo de Torreón constatar que la problemática no es privativa de este lugar. Nada menos, en la confluencia de la calle Independencia y Lerdo de Tejada, una laguna de aguas estancadas impide el paso al peatón y de los automóviles. Los vecinos de la finca marcada con el número 228 de la calle Independencia, manifiestan que en más de una ocasión, los automovilistas que no son responsables, “a su paso bañan a la gente, dejándola empapada hasta el cuello”.
Son muchas las arterias que se encuentran anegadas y son más las molestias que esto ocasiona a los vecinos matamorenses que claman a la administración actual, una solución a su problemática.