23 agosto 2003
Londres, (EFE).- Las tropas británicas se están convirtiendo en un creciente blanco de ataques en la posguerra de Iraq, que ya han causado la muerte de diez de sus soldados -tres de ellos hoy- y que han obligado a evacuar su embajada en Bagdad por una "amenaza creíble".
Tres soldados británicos fallecieron en una emboscada ocurrida en la ciudad de Basora, al sur de Iraq, cuando el "todoterreno" en el que viajaban fue tiroteado con armas y un artefacto explosivo, desde una camioneta roja.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido, que ha abierto una investigación sobre este nuevo incidente contra sus tropas, informó además de que otro soldado se encuentra gravemente herido y ha sido ingresado en un hospital.
Según la cadena de televisión BBC, una camioneta siguió al vehículo militar británico desde que éste abandonó el cuartel general del Reino Unido en el centro de Basora.
En una de las calles más concurridas de esa ciudad, los ocupantes de la camioneta comenzaron a tirotear al "todoterreno", a lo que respondieron los soldados, pero tres de ellos fallecieron cuando les lanzaron un artefacto explosivo.
La zona ha sido acordonada mientras las tropas británicas buscan la camioneta desde el que se lanzó el ataque.
Paralelamente, se ha sabido hoy que el pasado miércoles fue evacuada la embajada británica en Bagdad y que el personal diplomático del Reino Unido actúa ahora desde los cuarteles generales de la coalición, defendidos por tropas de Estados Unidos.
El desalojo se produjo al día siguiente del brutal atentado contra la sede de la ONU en la capital iraquí que causó 24 muertos, entre ellos el enviado especial, el brasileño Sergio Vieira de Mello, y el capitán de navío español Manuel Martín-Oar.
"El personal de la embajada ha sido trasladado a los cuarteles generales de la coalición, después de recibir información sobre la amenaza creíble de un ataque", apuntó hoy un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Se da la circunstancia de que el edificio que alberga la representación diplomática británica es especialmente vulnerable pues se encuentra rodeado de viviendas y se encuentra a las orillas del río Tigris.
La embajada fue abierta en mayo por Christopher Seager en la antigua residencia de un gobernador otomano y los diplomáticos debían trabajar en unas instalaciones provisionales en los campos de "cricket", mientras los contratistas estaban erigiendo un edificio.
El portavoz de la diplomacia británica indicó hoy que "no hay planes inmediatos para que el personal regrese a la embajada", que puede ser vigilada desde los edificios de viviendas circundantes.
Desde que el 1 de mayo pasado el presidente estadounidense, George W. Bush, anunció el fin de la guerra en Iraq, 65 soldados estadounidenses y diez británicos han muerto en una serie de ataques y emboscadas de las fuerzas leales al derrocado Sadam Husein.
Aunque el número de bajas del Ejército del Reino Unido es sustancialmente menor al de EU, en las últimas semanas se han incrementado las protestas de la población iraquí bajo mando británico, alrededor de Basora, la segunda ciudad del país.
Durante este mes, cuatro soldados británicos han fallecido, todos ellos en esa ciudad, donde se ve con una creciente animadversión la ocupación del Reino Unido al tiempo que se recrudecen las protestas por el alto precio de productos básicos y los cortes eléctricos.
El anterior ataque contra las tropas británicas se produjo el día 14 de agosto. Entonces, un soldado británico murió y otros dos resultaron heridos cuando la ambulancia militar en la que viajaban fue atacada con un artefacto explosivo que estaba oculto en una farola.
El ataque más serio contra las tropas de ocupación en Iraq se produjo el pasado 24 de junio contra tropas también británicas y causó la muerte de seis soldados en una emboscada en la localidad de Al Amara, al sur del país.
Desde el comienzo de la invasión de Iraq, la cifra de bajas entre las fuerzas británicas asciende a 50, incluido los muertos en batallas, por "fuego amigo", accidentes y causas naturales.