Hace unos días recibí una carta de un niño de siete años llamado Matías. En ella me expresa sus dudas y temores respecto a la guerra de Iraq. He de confesar que al terminar de leerla se me hizo un nudo en la garganta. A continuación me permito compartir esta misiva con los lectores. Así mismo, aprovecharé este espacio para expresarle a Matías las reflexiones que me provocaron sus líneas.
“Yo no quiero que haya guerra, porque no vale la pena matar a millones de personas, matar niños, a sus mamás, a millones de mujeres. Tenemos que hacer algo. Tenemos que detener a Busch (sic) y no solo eso, tenemos que hacer un esfuerso grandísimo. Busch esta muy enojado porque muchísimas personas no quieren su guerra y por eso hace tonterías como cambiar el nombre de las papas a la francesa en su país por papas libertad, solo por vengansa, porque los franceses no quieren la guerra. Eso es tonto. Busch es tonto porque no piensa en otra cosa más que en la guerra. Se ve que lo único que quiere es el petroleo. ¿Quién nos defendera cuando Busch nos quiera quitar nuestro petroleo? Ese presidente no solo amenaza a Iraq, sino a todo el mundo. Por segunda vez repito que tenemos que hacer algo y mucho. No solo van a matar a miles de personas, tambien van a dejar a niños chiquitos o grandes sin su mamá, sin vida. La guerra no debe de existir, los problemas se deberían de discutir, no matando. Fox, por favor ni NO a la guerra. Por favor has algo para que Busch no vaya a la guerra. Has algo para que su guerra se pare. Yo no quiero recordar como mueren tantas personas, mañana cuando sea grande, no, de eso no me quiero acordar. Tengo siete años, soy un niño y no solo yo estoy pidiendo la paz”.
Me pregunto cuántas cartas de niños no se habrán escrito en el mundo con la misma petición de Matías. Me pregunto qué pensará un niño iraquí de su misma edad, cuya pistola con la que juega estos días, seguramente, no es de agua, sino de balas de verdad. Y me pregunto qué pensarán muchos niños estadounidenses de su presidente.
Querido Matías: Tienes razón, efectivamente George W. Bush no es muy inteligente. Lo anterior no nada más lo digo yo, es archiconocido. Con decirte que ocupó uno de los últimos lugares -dicen que se sacaba muchos ceros- en su generación de abogados de la Universidad de Yale. Para colmo Matías, Bush no fue a la guerra de Vietnam, ¿sabes por qué? Gracias a las influencias de su papi quien por cierto también fue presidente de los Estados Unidos y también le hizo la guerra a Hussein conocida como la Guerra del Golfo Pérsico.
¿Verdad que solamente una persona tan tonta como Bush puede desoír (no escuchar) a millones y millones de personas de todo el mundo que se han manifestado contra la guerra? ¿Verdad que solamente una persona tan tonta como Bush puede desoír lo que le sugiere el mayor número de países que conforman el Consejo de Seguridad, el cual fue formado precisamente para estas situaciones tan graves? Y, ¿verdad Matías que solamente una persona tan tonta como Bush puede declarar la guerra poniendo en riesgo a todo el planeta Tierra?
Estás en lo cierto Matías cuando dices en tu carta que esta guerra dejará a “niños chiquitos o grandes sin mamá, sin vida”. En efecto, los cálculos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) dice que podría dejar un millón 200 mil niños muertos. ¿Te das cuenta? Pero eso no es todo. El otro día leí un texto de Jim Cason y David Brooks corresponsales EU en donde decían que estos cálculos estaban contenidos en un documento con-fi-den-cial, es decir, se-cre-to, preparado por la agencia de la organización mundial encargada de asistencia humanitaria. ¿Sabes lo que dice, entre muchas cosas, este documento que se redactó el siete de enero? “En una crisis, 30 por ciento de los niños menores de cinco años, estaría en riesgo de muerte por desnutrición”. Tienes que tomar en cuenta, que en Iraq existen cuatro millones de niños y un millón de mujeres que siguen alimentando a sus bebés.
Fíjate Matías que en Iraq, uno de cada ocho niños muere antes de alcanzar los cinco años de edad. Ahora imagínate con la guerra cuántos no morirán, no nada más por las balas, sino por el hambre. Haz de saber que el 60 por ciento -unos 16 millones de habitantes- dependen de las raciones mensuales para sobrevivir. Es evidente que ahora con la guerra esta repartición de alimentos se entorpecerá muchísimo y en el peor de los casos, hasta se interrumpirá, dejando a miles de niños todavía más desnutridos.
Hace unos días la corresponsal de la BBC de Londres en Bagdad, fue a visitar algunas escuelas (de las ocho mil que existen prácticamente en ruinas) y hospitales y lo que vio allí la llenó de tristeza. Dice que vio a muchísimos niños casi en los huesos. Éstos naturalmente no tienen libros, ni útiles escolares. Tampoco tienen baños, ni electricidad. Las ventanas de su escuela están cubiertas de cartón. Cuando la periodista llegó a su hotel, se puso a llorar y entre sollozos se preguntaba: “¿Vale más un niño estadounidense que un niño iraquí?” En el caso de Iraq hay miles de niños que trabajan y ganan solamente cinco dólares al mes.
Respecto a lo que dices que a Bush nada más le interesa el petróleo. También en este punto, Matías, tienes toda la razón. No hay duda que en el caso de Iraq, el petróleo es la manzana de la discordia. Prácticamente todos los países del mundo quieren y necesitan su petróleo. Este líquido se ha convertido en su moneda de cambio. Por ejemplo UNICEF introdujo un programa de la ONU en el cual la comida es intercambiada por el petróleo. Es evidente que con esta guerra tendrán mucha necesidad de alimentos, por lo tanto, Iraq habrá de entregar mucho petróleo para que los iraquíes puedan comer. Lo más triste de todo es que en este programa no se puede contar con dinero en efectivo. Por eso no hay presupuesto para rehabilitar colegios.
Como dice Carel de Rooy del UNICEF: “El derecho de los niños iraquíes de recibir una educación está siendo violada y esa es una de las preocupaciones más grandes para el futuro del país”. Ay, Matías, de pronto me sentí abrumada por temor a abrumarte con tan malas noticias. De pronto me sentí tan impotente, tan chiquita y tan vulnerable. Sin embargo, me consuelo al pensar que existen niños como tú de conscientes y maduros que sienten deseos de expresarse. A propósito de tu preocupación por cómo debería de actuar Fox, despreocúpate. Él siempre ha estado en contra de la guerra. Incluso vino el presidente de España, Aznar para tratar de convencerlo para que apoyara a Bush, pero nuestro Presidente de plano le dijo que ¡cuernos! En otras palabras lo mandó de paseo. Por otro lado, esto no creas que le gustó tanto al tonto de Bush. Pero, ¿sabes qué Matías? ¡Ni modo! Lo importante es que los mexicanos dejemos de ser los títeres de los norteamericanos. Híjole, se me olvidaba comentarte lo de las papas fritas. Claro que es por venganza que ahora este delicioso platillo lo hayan bautizado con el nombre de “papas libertad”. El otro día me dijo mi amiga Sofía, que eran tan obsesivos y paranoicos los gringos, que no le sorprendería que decidieran exiliar a Irán todos los perros “french poodle” que hubiera en Estados Unidos.
Te propongo algo Matías, que en ocho días, como protesta por la guerra en Iraq, no comas ni una sola hamburguesa, ni bebas un solo vasito de Coca-Cola. En cambio puedes comerte kilos y kilos de unas deliciosas french fries. Como dirían los franceses, ¡vive la difference! Estoy segura Matías que cuando seas grande, llegarás a ser un hombre de bien, pero sobre todo, un ciudadano muy republicano y nada parecido al tonto de Bush.