Apoyo a la Selección
¿Qué tal, amigos..? México se coronó campeón de la Copa Oro, venció a Brasil gracias a un solitario gol de Daniel Osorno, que respondió con creces a su convocatoria a la Selección, luego de estar dos años en la banca del Atlas. Ahora jugará con los Rayados del Monterrey.
Lamentablemente volvimos a escuchar eso de que la Selección “le calló la boca a muchos”, refiriéndose a los periodistas que criticaron el juego mostrado por el combinado nacional en sus anteriores partidos ante el mismo Brasil, Honduras y Jamaica, mejorando un tanto en la final ante Brasil.
¿Quiere decir que si un “combinado” de jugadores de bajo nivel personal y de grupo, no tiene una buena actuación durante los 90 minutos de un juego, la prensa debe ocultar sus deficiencias y engañar a la afición diciendo que jugaron bien? Eso no es apoyo.
¿Por qué el periodista o especialista debe hablar “bien” (o sea no hablar de sus deficiencias), si lo que está haciendo es un juicio de un determinado partido y en el que la actuación de los futbolistas mexicanos deja mucho que desear, y ojo, no está hablando mal de México como país, sino de una determinada actuación de un grupo de representantes deportivos.
¿Por qué no se enojan los entrenadores cuando su equipo gana y los periodistas alaban hasta el cansancio las jugadas, goles o la actuación de sus pupilos?.
Se quiere dar la impresión de que el que critica a la Selección lo está haciendo en contra de México y eso es falso de toda falsedad. Eso no es apoyar a la Selección.
¿Tiene la culpa el periodista cuando un entrenador como Ricardo Antonio La Volpe dice que con una carne asada compra a los reporteros de la fuente, y cuando le preguntan si lo dice por todos los periodistas, muy tranquilo dice que no, que “solamente” el 70 por ciento son corruptos y que él los ha comprado?.
Los entrenadores han incorporado al diccionario algunas palabras como “reventadores”, para referirse a los periodistas que les hacen ver sus errores y que no están de acuerdo -como la gran mayoría de aficionados-, con una actuación de su equipo.
Cuando los aficionados tienen algunas actitudes para protestar por una mala actuación, aplaudiendo al rival y abucheando a su equipo, el entrenador dice que son “villamelones”, término que se usa en una corrida de toros, para designar al que asiste pero no sabe nada de toros, sin tener en cuenta que la mayoría de los aficionados al futbol saben mucho más que algunos que tenemos la oportunidad de estar en contacto con la gente a través de algún medio de comunicación. No hay que despreciar al aficionado.
“Que se vea por lo menos una barrida”, decía el locutor televisivo, cuando Honduras superaba futbolísticamente a México, con lo que demuestra su pobre idea de lo que es el futbol. Ya pasó el tiempo de que los comentaristas para quedar bien con los de “arriba” decían “¡cómo lucharon!”, “¡cómo se esforzaron!”, con el fin de que no sean vetados y puedan viajar a las giras de la Selección. El mismo comentarista dijo “Sabemos que no se debe hacer, pero que se vea algo” (sin comentario).
Tampoco se trata de decir que al entrenador no lo han puesto en la Selección para que sea simpático, o le caiga bien a nadie, sin embargo, lo menos que se le puede exigir al técnico, es que realice bien su trabajo de entrenador y lo demuestre con hechos (un título es importante, pero no necesariamente es síntoma de buen futbol), asimismo debe respeto a los demás profesionales que lo critican y a la misma afición que es la que mantiene el espectáculo.
¡Hasta pronto!.