Torreón, Coah.- Sólo Miguel Ángel Palacios Aguilar, sabía los problemas que lo agobiaban y por los cuales tomó la fatal determinación de escapar por la puerta falsa, ahorcándose la noche del domingo en el interior de su domicilio. Sus familiares aún no se explican las razones.
Con toda una vida por vivir, Miguel Ángel, de 16 años, asistía a la escuela preparatoria en forma regular. Sus calificaciones eran buenas y presumiblemente no tenía mayor problema.
La noche de su muerte, minutos antes estuvo platicando con su hermano César Octavio, de los mismos apellidos, de 29 años, en casa de éste, sito en avenida Durango No. 790 de la colonia Victoria. Su actitud era tranquila y nadie imaginó lo que traía en la mente.
A eso de las 23:30 horas, Miguel ángel se despidió de su consanguíneo para dirigirse a su casa, ubicada en calle Guanajuato No. 544 de la colonia Victoria.
Diez minutos más tarde, llegó hasta la casa de César Octavio, su mamá Martha Aguilar, quien lo apremió para que la acompañara a su vivienda. Eran las 23:45 horas.
Al llegar al domicilio materno, sus ojos no creían lo que veían. Pendiente de una cuerda trenzada de ixtle amarillo (reata), atada a una de las viguetas del techo, pendía en el otro extremo el cuerpo inerme de su hermano Miguel Ángel.
De nada sirvió que llamaran a la Cruz Roja los paramédicos confirmaron su temoR: estaba muerto.
Luego llegó el personal del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, que ordenó el traslado del cadáver al anfiteatro.
Las causas del deceso probablemente serán asfixia por ahorcamiento, pero los motivos de esta mortal acción nunca la sabrán.
Frustrado suicida
Presentando una herida de bala en la cabeza que provocó la exposición de la masa encefálica, el doctor Adolfo Carrete Posada ingresó al área de Urgencias del Hospital del ISSSTE, luego que se diera un tiro por una discusión que sostuvo con su esposa.
De 44 años de edad, originario y vecino del ejido Santa María del Oro, Durango, Adolfo ingresó la madrugada del lunes al mencionado nosocomio donde los médicos reportaron su estado de salud como grave.
Horas antes, a la una de la madrugada, según narró la hermana del frustrado suicida, Maria de Lourdes Carrete Posada, de 42 años, el médico sostuvo una fuerte discusión con su mujer llamada Socorro Armida Campillo, de 43 años.
Dando un portazo, Adolfo salió del domicilio conyugal y se dirigió a su camioneta pick up, estacionada a pocos metros. A los pocos momentos se escuchó una detonación. Luego silencio.
Adolfo y Noé, hijos del facultativo, corrieron hasta el sitio donde escucharon el disparo sólo para ver reclinado en el asiento a su padre, con un rifle calibre 22 en sus manos. Sangraba abundantemente de la cabeza.
En el mismo vehículo lo trasladaron de emergencia al Hospital General del poblado, pero debido a la gravedad de su lesión lo trajeron hasta Torreón, donde los médicos del ISSSTE le apreciaron una herida producida por proyectil de arma de fuego con entrada en la región temporal derecha y salida en la región frontal derecha. Parte del cerebro fue expulsado por la acción de la ojiva.