Torreón, Coah.- Con su esposa, dos hijos que mantener y uno más encamino, Don Miguel no tiene otra opción que irse de ?mojado? a los Estados Unidos. ?Si no, moriremos de hambre?.
La empresa para la que laboraba y en donde acudí por más de 15 años cerró; ?llevó un año sin encontrar donde acomodarme, y si la encuentro solo me la dan de velador y cuatrocientos pesos a la semana, y pues no la hago?.
Los mercados laborales de México y Estados Unidos han mantenido una estrecha relación en los últimos tiempos, mientras uno mantiene un excedente en la mano de obra, el otro tiene la necesidad de ésta, por lo cual el tema migratorio representa un punto importante para ambos.
Con Estados Unidos compartimos una amplia frontera, que es de las más dinámicas del mundo. A finales de la década pasada se registraron alrededor de 300 millones de cruces por año. Se estima que en el año 2000 había 8.5 millones de personas nacidas en México residiendo de manera autorizada o no autorizada en Estados Unidos, lo que equivale a más de ocho por ciento de la población total de México y tres por ciento de la de aquel país.
En las últimas décadas, la migración, en particular la de carácter no documentado, se ha convertido en uno de los asuntos más difíciles, preocupantes y conflictivos de la agenda bilateral.
La migración mexicana hacia la Unión Americana constituye un fenómeno complejo, con una prolongada tradición histórica y con raíces estructurales en ambos lados de la frontera. Factores diversos como la vecindad geográfica, la asimetría y creciente integración económica, y las intensas relaciones e intercambios entre ambos países hacen inevitable la generación de flujos migratorios en ambas direcciones.
Aunque con cambios en su intensidad y modalidades, este fenómeno ha sido una constante en la relación entre ambos países desde el siglo pasado.
Enfriamiento
Las relaciones entre ambos países vivieron uno de sus mejores momentos históricos con el arribo a la presidencia de George W. Bush en Estados Unidos y de Vicente Fox en México. Sin embargo, éstas se han visto deterioradas desde que la guerra contra el terrorismo puso fuera de la agenda estadounidense el tema migratorio, de vital importancia para México.
También más recientemente cuando éste país fijó una posición que favorecía el rol de Naciones Unidas en el conflicto con Iraq, sobre la decisión unilateral de Estados Unidos y sus aliados de iniciar la guerra.
Especialmente sobre este punto ?mucha gente ahora está enfocando las cosas en términos de cuál va a ser el castigo que Estados Unidos le va a imponer a México porque no lo apoyó? en su posición respecto a Iraq, dijo el doctor Jorge G. González, presidente y profesor de economía de Trinity University en San Antonio.
Según González, ?Estados Unidos vio a México como un amigo que no lo apoyó en su posición en la guerra con Iraq cuando lo necesitó?, y México, por su parte, se acogió a su tradición en temas de política internacional al considerar que su socio estaba ?rompiendo una ley internacional al atacar a otro país?.
Pero lejos de que ocurran represalias de cualquier tipo tras la guerra, González considera que se tendrá que retomar el ritmo positivo de las relaciones porque ambos países son de extrema importancia económica, el uno para el otro. México es el segundo socio comercial de Estados Unidos, y éste es el número uno para el país azteca. ?La competitividad de la industria americana en muchos sectores depende de sus actividades en México, como el caso del mercado automotor o el sector electrónico, al tiempo que el 90 por ciento de las exportaciones mexicanas van al mercado americano?, explicó González.
Tanto para González como para el profesor de historia Julio E. Moreno, de la Universidad de San Francisco, la guerra con Iraq no ha tenido, ni va a tener, un impacto en las relaciones económicas y comerciales entre ambos países.
?Cuando se reenfoque el debate en Estados Unidos sobre asuntos domésticos, será inevitable retomar el tema de mejorar las relaciones con México?, dijo Moreno. Agregó que el tema con México es de vital importancia tanto desde el punto de vista económico como en cuanto al rol que este país juega como aliado en la lucha contra el terrorismo.
Los académicos citaron varios temas pendientes que tienen que ver con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, como es la controversia sobre la entrada de camiones mexicanos a territorio estadounidense. Hasta ahora Estados Unidos no ha cumplido con la agenda planteada en el tratado de que los camiones puedan entrar más allá de 25 millas dentro de la frontera, que debió estar vigente desde el año 2000.
Pero ambos coinciden también en que el tema migratorio, que estuvo en el centro de las negociaciones entre ambos gobiernos hasta que ocurrieron los sucesos del 11 de septiembre de 2001, debe ser recuperado.
?Creo que un acuerdo migratorio sigue siendo crítico para ambos países tanto en términos de economía como de seguridad nacional?, dijo González. El profesor explicó que los mercados laborales de ambos países están íntimamente ligados, porque México tiene un excedente de mano de obra que Estados Unidos necesita, especialmente como fuerza laboral en los campos de cultivo.
Precisamente el no reconocer esta realidad a través de tratados que regulen este necesario flujo migratorio es un elemento clave que impulsa el movimiento de migraciones ilegales y dificulta el control de frontera entre ambos países.
?A Estados Unidos no le conviene tener una población de cinco millones de indocumentados que no puede identificar, por lo que es más ventajoso reconocer esta realidad económica?, dijo González. Por su parte, Moreno puntualizó que ?México no supo empujar efectivamente un acuerdo migratorio en la coyuntura posterior al 11 de septiembre como algo vital para la seguridad de Estados Unidos?, que sería en realidad la fortaleza para lograr avances en este sentido.
Cuando se le preguntó a Don Miguel, si era la desición correcta, el contestó: tengó 48 años, ya no soy tan ?chavo?, y por eso en ocasiones la pienso, por todos los riesgos que hay, pero sino nos morimos de hambre y eso es lo último que quiero.
Las remesas
En las últimas décadas las remesas se han convertido en un flujo de divisas de suma importancia para la mayoría de las naciones no desarrolladas y expulsoras de mano de obra, al punto que en muchos casos las remesas son uno de los principales rubros en el renglón de transferencias corrientes de sus balanzas de pagos.
El flujo de divisas que originan las remesas ha venido creciendo en los últimos años. Su cuantía es de tal magnitud que en 1995 México fue el cuarto país receptor neto de divisas por este concepto a nivel mundial y en 1999 ocupaba el segundo lugar con 5.9 millones de dólares seguido de Turquía que obtuvo 4.5 millones. Se estima que en el año 2001 ingresaron al país cerca de 8,900 millones de dólares por este concepto y hasta junio de 2002 las remesas familiares ascendieron a poco más de 4,750 millones.
El monto de las remesas supera en cantidad a los ingresos que genera el turismo y representa más de una cuarta parte de la inversión extranjera directa
El cuantioso flujo de remesas tiene una innegable importancia para la economía nacional. En el año 2001, las remesas representaron 70 por ciento del total de las exportaciones de petróleo, sobrepasó en 36 puntos porcentuales a los ingresos por turismo y representó 26 por ciento de la inversión extranjera directa total.
El impacto más significativo de las remesas se registra en el ámbito regional y local, donde impulsan a la industria de bienes de consumo y al sector de servicios.
Debido a que la migración a Estados Unidos es un fenómeno que en su mayor parte se origina en poco más de un centenar de municipios, el mayor impacto de las remesas se aprecia en las economías locales y regionales con tradición migratoria, aún cuando está adquiriendo importancia en las zonas emergentes.
Las regiones de emigración tradicional y norte son las que reciben la mayor parte (más de 64 por ciento) del flujo total de remesas. Un poco más de 53 por ciento de las remesas transferidas por los migrantes tuvieron como destino la región tradicional y alrededor de diez por ciento la región norte.
Los impactos regionales y locales de las remesas son sumamente significativos, aunque diferenciados, aún entre los estados que integran la región tradicional de la migración internacional hacia Estados Unidos. Por ejemplo, se estima que Michoacán, la entidad que mayores recursos recibe por esta vía, absorbió poco más de 1,400 millones de dólares por remesas en 2001, en tanto que Zacatecas, décimo primer lugar en este rubro, obtuvo alrededor de 277 millones.
MEXICANOS EN EU
El flujo migratorio hacia Estados Unidos tiene efectos sobre la dinámica del
crecimiento demográfico del país.
* De 260 mil a 290 mil personas entre 1960 y 1970.
* De 1.20 a 1.55 millones entre 1970 y 1980.
* De 2.10 a 2.60 millones entre 1980 y 1990.
* De alrededor de 3.0 millones durante la última década.
El flujo neto anual (diferencia entre entradas y salidas) se ha multiplicado -en términos absolutos- en más de diez veces en las últimas tres décadas, al pasar de un promedio anual de 26 a 29 mil personas en los sesenta a más de 300
mil migrantes por año en la década de los noventa.
FUENTE: Consejo Nacional de Población.
BÚSQUEDA DE OPCIONES
La migración mexicana hacia Estados Unidos es, en esencia, un fenómeno laboral. Diversos factores y fuerzas estructuran este complejo sistema migratorio,
entre las que podemos mencionar:
* El intenso ritmo de crecimiento demográfico de la población mexicana
en edad laboral y la insuficiente dinámica de la economía nacional para darle un trabajo digno y bien remunerado a todos los mexicanos y las mexicanas.
* La persistente demanda De mano de obra mexicana en los sectores agrícola,
industrial y de servicios en la Unión Americana.
* El considerable diferencial salarial entre ambas economías.
* La tradición migratoria hacia el vecino país del norte, conformada desde el siglo XIX y sobretodo durante el siglo pasado en muy diversas regiones del país.
FUENTE: Consejo Nacional de Población.