Pekín, (EFE).- Más de tres millones de chinos residentes en el campo beben diariamente su propia orina por suponerle altos valores nutritivos y curativos, informó el diario "South China Morning Post".
Esta práctica es especialmente popular en la provincia septentrional de Shaanxi, donde incluso existen clínicas especializadas en terapia urinaria homologada por las autoridades sanitarias.
"La terapia con orina sirve para tratar todo tipo de enfermedades, incluido asma, tuberculosis, gripe y cáncer", señaló Du Ximin, de 47 años, que regenta una clínica en la localidad Wuzhuang.
En este pueblo de 2.000 habitantes, que se encuentra a las afueras de Xian (capital provincial), un total de 500 personas beben diariamente su propia orina, con la esperanza de que fortalecerá su sistema inmunológico.
Según el profesor Du, cientos de pacientes acuden a su consulta todos los años para conocer las propiedades curativas de la orina y incluso se ha visto obligado a organizar seminarios para satisfacer la demanda y la curiosidad de los visitantes.
Al parecer, la práctica hizo su aparición en Wuzhuang cuando un monje taoísta aconsejó a un vecino de esta localidad en los años 30 que ingiriera su propia orina para tratar su ceguera crónica.
"En solo unos meses mi padre recuperó la visión. La orina es muy nutritiva y no sabe tan mal. El secreto está en beberla todos los días", relata Wen, de 70 años.
El segundo simposio nacional sobre terapia urinaria, organizado por la Sociedad de Lao Tse (fundador del Taoísmo) se celebró el viernes en la localidad de Xianyang.
Médicos y expertos en nutrición de todo el mundo han criticado en varias ocasiones esta práctica, al considerar que reciclar los excrementos para el consumo humano es aberrante.
Sin embargo, residentes en esta localidad como Zhou Yanfang, de 45 años, están convencidas de las propiedades curativas de la orina: "Ahora me siento bien de salud, pero cuando comience a envejecer también me apuntaré a las ingestiones diarias de orina".