Jean Cusset, ateo con excepción de cuando la noche viene ya, dio un nuevo sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y continuó:
-Entonces tenía yo 17 años; 14 ella. Le pregunté si había leído "La Náusea'' de Sartre, "Gog'' de Papini y "El Lobo Estepario'' de Hermann Hesse. Se ruborizó y me dijo que no. Luego, para mostrarme que sin embargo ella también leía libros, me preguntó muy seria si había leído yo "Pureza y hermosura'' de Monseñor Tihamér Tóth.
-Ríanse mis amigos intelectuales -siguió diciendo Jean Cusset-. Y ríanse más cuando sepan que al despedirme de la niña fui corriendo a comprar "Pureza y Hermosura'', de Monseñor Tihamér Tóth. Quería tener algo de qué platicar con ella, pues la amaba. Todos somos humanos. Y en ese tiempo yo era más humano aún, pues no tenía la edad que tengo ahora.
Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas como siempre.
¡Hasta mañana!