HACE DIEZ AÑOS LLEGARON 20 mil
Este año fueron menos de 2 mil las ballenas que llegaron a las aguas del Golfo de California a renovar el milagro de la procreación.
No están solas en el maravilloso rito. Con ellas llegaron miles y miles de curiosos, turistas principal-mente norteamericanos, que a bordo de una escuadra de veleros, botes, lanchas y objetos flotantes de todo orden presenciarán el prodigio y lo retratarán con sus Kodak Instamatic.
Lo que debería ser un santuario se convierte en un tianguis. Las agencias turísticas venden el amor de las ballenas como se vende un espectáculo de feria, un carnaval.
En medio de gritos y de carcajadas, de rugir de motores fuera de borda, las ballenas intentarán aparearse y cantar sus canciones marineras. Se irán luego. Más pocas regresarán el próximo año. A los organizadores del tianguis eso les preocupará mucho. Si no hay ballenas no hay turistas, y si no hay turistas no ganarán dinero. ¡Qué pérdida tan grande!
¡Hasta mañana!...