San Isidoro de Sevilla, a quien se considera filólogo y gramático, era en verdad poeta. Sólo un poeta podría escribir esto:
"... Suele indagarse si el Sol, la Luna y otros astros son cuerpos solos o tienen espíritu propio que los rige, como son animados los perros por almas de animales. Y pues no sabe darse movimiento ningún cuerpo sin alma, las estrellas, que se mueven con tanto orden y compás ¿están acaso animadas, y son racionales? Así pues, cabe preguntarse: si las estrellas tienen alma ¿qué será de ellas el día de la Resurrección?...".
Leo este texto de San Ildefonso y salgo luego a ver, en la alta noche del Potrero, el cintilar de las estrellas. Y me parece ver cintilar de almas.
¡Hasta mañana!...