Llegaron sin anunciarse y me dijeron hablando todas al unísono:
-Somos de malas a segundas.
Advirtieron mi confusión, seguramente, pues la que parecía más mala y más segunda declaró:
-¿Ha oído usted la expresión "de buenas a primeras? Nosotras somos de malas a segundas. Y todavía nos siguen las de peores a terceras y las de pésimas a cuartas. Y sin embargo nadie nos menciona. Hágalo usted en su columna. Se lo agradeceremos.
Prometí hacer la mención. Esperaré, sin embargo, un tiempo razonable. No quiero hacerla de buenas a primeras. Ni de malas a segundas, ni de peores a terceras, ni de pésimas a cuartas.
¡Hasta mañana!...