-¡Que viene el hombre, que viene el hombre! -gritaba el lobo mentiroso-. Los demás lobos acudían a protegerlo, pero al llegar no había nadie. El mentiroso lobo reía a carcajadas por la burla.
Tanto los engañó el lobo mentiroso que un día los lobos determinaron ya no creerle más. Un día el hombre llegó de veras.
-¡Que viene el hombre, que viene el hombre! -gritaba el lobo mentiroso con desesperación-. Pero los demás lobos ya no le hicieron caso.
Corrió para salvarse el lobo mentiroso. Por una colina bajó al valle. Y en eso oyó que un pastor gritaba con desesperación al verlo:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo!
Los demás pastores que andaban por el valle escucharon sus gritos, pero ninguno se movió. El lobo mentiroso lo comprendió todo de repente. Se acercó al pastor meneando con alegría la cola. Y aquél fue el principio de una larga y bella amistad.
¡Hasta mañana!...