Estas eran dos líneas paralelas.
Ninguna de las dos sabía que era paralela a otra. Cada una creía que era sola.
Sufrían por eso dolor de soledad. Ambas ignoraban que muy cerca iba la otra. Así había sido desde el principio de todos los tiempos. Así sería hasta el final del tiempo.
Un día, sin embargo, las miradas de las dos líneas se cruzaron. Y cada una pensó:
-He ahí mi línea paralela. Siempre ha estado conmigo. Conmigo estará siempre.
Desde entonces las líneas paralelas van juntas por la vida, y juntas llegarán al infinito...
Es una historia de amor la que he contado. Los geómetras no lo saben, pero también en la Geometría hay historias de amor.
¡Hasta mañana!...