Hoy cumple un año. Se llama Luz María y es mi nieta. Sus ojos son un jardín fulgente, dos verdes mares verde mar. Mi vida se llena de verdor -dicen que la esperanza es verde- cuando me mira esta pequeña.
Yo la tomo en mis brazos y le enseño el caballo blanco, la flor roja, el cielo azul... Ella pone los ojos en todo eso, y me parece que el caballo es ahora verde, y verde la rosa, y verdes los ámbitos celestes.
Alguna vez, lo sé de cierto, habrá en mi vida grisuras o negror. Ya no me angustio, porque tengo una nietecita de ojos verdes. En las horas sombrías llegará Lucy chiquita y pondrá en mí la maravilla de sus ojos. Entonces seré un verdecido resplandor, y el rojo corazón tendrá otra vez el color de la esperanza.
¡Hasta mañana!...