Preguntó el maestro a sus discípulos:
-¿Por qué los árboles están firmemente plantados en la tierra, de modo que son inconmovibles?
-Porque tienen raíces muy profundas -contestaron los discípulos.
-¿Y por qué las aves -volvió a preguntar el filósofo -vuelan tan alto, y con tanta libertad?
-Porque poseen alas -respondieron ellos.
-Bien –concluyó el maestro-. Entonces los mejores padres serán aquellos que den a sus hijos al mismo tiempo hondas raíces para que se mantengan firmes y alas fuertes para que alcancen las alturas.
¡Hasta mañana!...