MIRANDO UN ARROYO EN EL POTRERO DE ÁBREGO
(A Alfredo García Valdez, porque un soneto mío le gustó).
Cuando el arroyo lleva agua, y miro lo que es el agua,
en el cauce no veo agua: veo membrillos, granadas,
sonoras nueces, manzanas edénicas, trigo, dalias...
Miro sangre verde -savia de árboles- y miro savia
roja, sangre de animadas criaturas: mujeres magas,
hombres efímeros, lánguidas sierpes, libélulas, águilas...
Toda cosa es cosa acuática; todo es agua transformada.
Manrique, en sus Coplas, habla de la vida, que es el agua
de un río que pasa y pasa hasta que en el mar acaba
de la muerte. Pero el agua, tan pasajera, no pasa;
queda hecha vida. Enseñanza es ésta que oí en la cátedra
de mi arroyo: el agua es vida; la vida, agua concretada.
Bebamos la vida. Agua somos que se bebe el agua.
¡Hasta mañana!...