Ya sabemos lo que en el Nacimiento se tiene que poner.
No pueden faltar María, José y el Niño; no pueden faltar los ángeles y los pastores, la mulita y el buey, los Reyes Magos...
Sin eso, lo sabemos muy bien, no hay Nacimiento.
Pero no recordamos nunca lo que del Nacimiento tenemos que quitar.
Tenemos que quitar nuestros rencores; nuestras pequeñas mezquindades; nuestras envidias; nuestra insana soberbia; nuestro desamor; nuestra maldad...
Con eso, lo sabemos muy bien, no hay Nacimiento.
¡Hasta mañana!...