POSTALES CAMINERAS
Después de cuatro años de no estar en ella, Pamplona sigue siendo la misma de siempre, pero, mejor. Sus gobernantes se han preocupado de ello, y lo han conseguido. Lo mismo que sus comerciantes, que es lo primero que se ve en cualquier ciudad que se visita: sus sitios públicos y su comercio. Hubo un momento en que el de comidas rápidas anduvo mal, ¿y qué hicieron? Pues, poca cosa, pero de inmediato: tomaron los frentes de sus bocacalles, pero, con categoría. Nada de poner enfrente tres o cuatro mesas y las sillas correspondientes; no, nada de eso. Pusieron sus tiendas de tela decorosa, blanca, de buena calidad y magnífico alumbrado y tránsito seguro por sus calles. Total, que ahora la gente que había dejado de ir al centro ha vuelto a él en mayor cantidad que antes a tomar un refresco o a cenar al aire libre, y aquello se ve muy animado. Y es que ambos, gobernantes y comerciantes, saben que las cosas no se resuelven solas; hay que pensar en cómo resolverlas entre ambos y dialogando encuentran lo que puede hacerse y lo intentan y, claro, las cosas no sólo se resuelven, mejoran. Por que, la verdad, no sólo se trata de cerrar calles sino de utilizarlas convenientemente.
Las sobrinas nos habían anticipado el calor que hace, pero, con el último que soportamos en Torreón antes de salir, los treinta y cuatro grados que encontramos nos refrescaron, y a ellas también, hasta hoy, lunes 18, en que los cuarenta volvieron y nosotros teníamos programado caminar por el centro casi todo el día, menos la media hora de la mañana y la media hora de la tarde que ocupamos en tomar nuestro acostumbrado “vermú”, en estos pequeños locales casi siempre atendidos por sus propios dueños y, por ello, tan estupendamente servidos, así que si hubiéramos tenido que caminar una hora más no lo hubiéramos soportado.
Otra de las cosas de que nos enteramos al volver, por pasar frente a donde sucedía, es que, como aquí, igual que allá, los chicos están de vacaciones, el municipio, para controlarlos un poco les ofrece, en varios sitios, cine al aire libre, con películas adecuadas para ellos, algo en lo que nuestro municipio puede ir pensando para el próximo año.
Lo que no se puede dejar de ver son sus glorietas y camellones todos ellos llenos de flores rojas, amarillas y otras así de lucidoras, y no que esto sea por acá, pues también en Monterrey lo vemos cada día más, y sólo nosotros como que estamos negados para las flores en nuestros jardines. Y hasta otra.