L U N E S
Sobresaltado sí que está nuestro señor presidente mayor, y tanto que en Boca del Río, Veracruz, alzando la voz llamó a los gobiernos de América para integrar un frente común contra China que, según él, “nos está quitando empleos aquí en México”.
Pidió a las universidades “dar a las nuevas generaciones el adiestramiento que les permita enfrentar los retos de un mundo globalizado”.
El problema es que nadie nos puede quitar algo que no tenemos, y lo que no tenemos son, precisamen-te, empleos, entre otras causas, porque el gobierno no ha sabido crearlos. Y así, la gran sorpresa de todos los egresados de las universidades en todas partes de la república es, no encontrar dónde colocarse. La educación puede ser deficiente, es decir, pudiera ser mejor, y nada quita el esfuerzo para que lo sea, pero el problema verdadero es la ausencia de empleos, de tal manera que, ahora mismo, aquí en nuestra ciudad, profesionistas titulados andan manejando taxis para llevar algo a sus casas correspondiendo a los esfuerzos que sus familiares hicieran para que él pudiera ejercer un día la profesión estudiada.
A quien debe llamar nuestro señor presidente es a sí mismo para decirse que él es quien tiene que hacer algo para sacarnos del hoyo en que nos mantiene.
M A R T E S
A veces no se sabe bien qué es lo peor, si seguir con algo o dejarlo. El señor Bush, por ejemplo, cree que la bebida, que dejó allá por el año 86, le hacía cometer muchos errores. Eso es lo que él cree; sin embargo, muchos de sus paisanos creen que el mayor error que ha cometido lo cometió en sus cabales, es decir, sin una copa de por medio: meterlos en una guerra de la que algo daría por salir, y no puede.
Lo que él bebía en los años que bebió a quien más perjudicaba era a sí mismo y a los suyos, pues, según dicen, más de una vez tuvieron que llevarlo a su casa por no poder llegar por sí mismo, y a sus familiares les hacía padecer con sus resacas. Pero, esto de la guerra de Irak les cuesta a todos, y no sólo dólares sino, también, vidas jóvenes que ponen de luto a familias norteamericanas; y eso no obstante que trata de mandar a los campos de batalla a extranjeros que aceptan ir con la promesa de que si vuelven tendrán derecho a la ciudadanía, muchos jóvenes nativos no pueden escapar a su deber.
¿Qué hubiera pasado si el señor Bush no hubiera dejado de beber? Pues, que a lo mejor no hubiera llegado a donde está, y con ello no tendría el poder que tiene, con lo cual el señor Bush hubiera perdido, pero a lo mejor su país hubiera ganado sin esta guerra que, por poco que cueste siempre costará más que el whiskey, o lo que tome, que pudiera beber su señor presidente.
M I É R C O L E S
Supongo que desde el principio todos nuestros señores presidentes vivieron bien, el actual, por ejemplo, ha revelado que desde hace ya sus buenos años jamás trae dinero en la bolsa. ¿Para qué, si su boca es medida?
Y como aquí vamos de asombro en asombro, uno piensa que a nuestros ex presidentes se les pasaba, mientras vivían, una cantidad equis para que no padecieran necesidades, pero, nunca se pensó que fueran tantos millones semanales como los que son, o eran, pues parece que ya se discute o se discutió rebajarlos en un noventa por ciento, lo que da idea de la espantosa cantidad que viene siendo, y que multiplicada por los ex presidentes - ¿y quién no va a vivir muchos años con tal ayuda? - que nos viven, da un total horroroso de millones que por sí solos pudieran resolver el problema de nuestros millones de pobres.
El hombre común y corriente no concibe, no puede concebirlo, que un país que pasa por las condiciones económicas del nuestro sea capaz de mantener estos despilfarros en momentos cuando lo único que nos queda de patrimonio, Pemex, peligra enormemente, precisamente por falta de capital, según afirma Raúl Muñoz Leo, su director y niega enfáticamente Vicente Fox. ¿A quién podemos creer?
J U E V E S
Gran pianista, hombre de Estado y jefe de Gobierno en Polonia, Paderewski daba una serie de conciertos en Estados Unidos y tuvo que suspender uno en Filadelfia, porque, en el anterior concierto, en el Carnegie Hall se había roto la uña del dedo índice de la mano derecha.
Cuando alguno le dijo que qué lástima, que aquella suspensión le costaría un dineral, él le aclaró que no tanto, no tanto; pero, entonces su admirador, sorprendido le preguntó si le pagaban poco, a lo que el virtuoso polaco le contestó, sin soltar prenda: No tan poco, no tan poco.
En otra ocasión, dando un concierto en una casa particular; una casa de gente de mucho dinero, desde luego. Y no todos de mucha cultura, ni muy entendidos en música. Interpretó, entre otras cosas, el “Claro de Luna” de Beethoven. Y una de las señoras invitadas a manera de elogio le dijo que improvisaba como nadie. Paderewski, por supuesto, le aclaró de inmediato que él no improvisaba. La señora sorprendida le dijo que entonces aquello no era de él, que de quien era. El gran pianista, a punto de estallar, le dijo que aquello, como ella decía, era de un tal Beethoven. Su interlocutora le preguntó entonces que si se lo había compuesto a él, a lo que Paderewski le dijo que Beethoven ya no componía. Ah, dijo entonces la señora, ¿Pues qué hace ahora? Y Paderewski, que ya no daba para más, a grito pelado le contestó: “Se descompone, señora, se descompone.”
V I E R N E S
Por donde quiera que se vea, lo que no se explica es que habiendo identificado oportunamente a todos y cada uno de los que, de una manera o de otra se han beneficiado del patrimonio de México, y habiendo incluso dado con ellos y tenido en sus manos, nuestro país no ha recuperado nada, o nada se ha dicho de ello, de lo que toda esa gente le robara.
Y la verdad, de todo ello lo único que valía era la recuperación de la lana, pues ellos maldita la cosa para que le servirían al país, como no sea para mantenerlos, y eso ya bastante tiempo lo hemos hecho. Al hermano incómodo, por ejemplo, cuyo encierro más que nada es un asunto político, ¿de qué nos ha servido dónde está?
¿Y por qué no les han quitado nada de lo que se llevaron?¿Será por los buenos abogados que han contratado y podido pagar precisamente con el dinero que distrajeron? ¿Será por los malos jueces, que son los únicos que parece poder pagar el gobierno para que defiendan sus causas, o porque siendo buenos también son corruptos? Nadie o muy pocos podrían decirlo, pero lo cierto es que, unos tras otros, a todos esos delincuentes, al final, les va más que bien, y el país sigue cada día peor, por falta de dinero.
Lo peor es que, según dicen los que saben, no nos queda más que aguantar, pues hacer cambios a estas horas nos traería más perjuicios que beneficios. ¡Qué le vamos a hacer!
S Á B A D O
El humorista inglés Jerome K Jerome, muerto en 1927, contaba que había ido una vez de pesca con otros amigos y que llegaron a un lugarcito, a la orilla de un río. Cenaron en la posada y el camarero que les servía, al ver las cañas y los cestos de los pescadores, les dijo que él también era pescador y que allí muchos lo eran. Y les enseñó una trucha de gran tamaño, disecada, que estaba sobre un mueble.
¿Ven esa trucha?, les dijo. La pesqué yo.
Y les contó toda la complicada peripecia de cómo había pescado aquella trucha.
Después de cenar, mientras tomaban el café, les saludó el dueño de la posada. Al ver las cañas y los cestos les dijo que él también era pescador y que la trucha disecada la había pescado él. Y les contó todos los detalles de cómo la había pescado.
Cuando ya se iban, Jerome tropezó, se agarró al mueble para no caer y con la sacudida la trucha disecada se tambaleó y cayó al suelo. Y al caer se hizo pedazos. Era de yeso.
Y D O M I N G O
La mujer se resiste a seguir las buenas reglas de la vida. Se empeña en darnos a los hombres lo que no le pedimos, y así, nos ofrece su alma cuando queremos su cuerpo, o su cuerpo, cuando queremos su alma. RODOLGO USIGLI