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PARÍS, FRANCIA.- Como un ave fénix, la industria de la alta costura de París parece resurgir de sus cenizas cada seis meses.
Desafiando las repetidas predicciones de la defunción de los talleres que producen creaciones hechas a la medida para un puñado de acaudalados clientes, las grandes casas de moda como Christian Dior y Chanel continuan llevando a escena sus opulentas muestras cada enero y julio.
Las colecciones de Otoño-Invierno perdieron un poco de su intensidad el jueves, después de cuatro días de espectáculos a los que asistieron celebridades, entre ellas el actor Jack Nicholson y la cantante pop Kylie Minogue.
Con el sector de bienes lujosos afectado por la debilidad del dólar, la guerra de Irak y el brote de SARS, los diseñadores optaron por mostrar la destreza de sus costureras y el glamour de antaño.
“Ha sido una muestra fuerte, considerando que los diseñadores están presentando lo que hacen, fabricando versiones de sí mismos mucho más fuertes’’, afirmó Iain R. Webb, editor de modas de la revista Elle de Gran Bretaña.
Encarando una asistencia menor, más diseñadores planearon salir a la calle a buscar nuevos clientes. Emanuel Ungaro anunció que llevará su colección a Dubai, Kazajstán y Los Ángeles.
Otros fueron en busca de un impulso publicitario total
Las modelos de Valentino desfilaron en una alfombra de vinil rojo contra un fondo de estatuas revueltas de Óscar, un recordatorio poco menos que sutil de que muchos de los trajes terminarán exhibiéndolos las celebridades, como una de las invitadas de primera fila, la actriz Gwyneth Paltrow.
“Hollywood de repente se ha convertido en algo muy de moda, en términos del movimiento de prensa que están generando las estrellas de cine, y por supuesto, es una gran herramienta de publicidad’’, afirmó Suzanne Saperstein, esposa de un multimillonario y una de las principales clientas de alta costura.
En contraste, el diseñador estadounidense Ralph Rucci puso la nota refinada el jueves, con materiales preciosos como casimir, cuero de avestruz y vicuña.
Un abrigo rizado gris perla fue hecho de delgados paneles para dar una forma impecable. Una regia falda de raso sedoso negro presentó amplios toques de caligrafía japonesa decolorada sobre la tela.
Un abrigo de raso sedoso verde perico, doblado en la espalda para asemejar gigantescas alas de insecto, parecían surgir directamente del guardarropa de la legendaria figura de alta sociedad C.Z. Guest.
Aunque Rucci produce sus trajes en Nueva York para una clientela predominantemente estadounidense, el lanzar su show en París le ha dado a la marca un prestigio innegable.
La capital francesa es la casa oficial de la alta costura, con la producción de trajes hechos a mano bajo un estricto conjunto de directrices por equipos de costureros, expertos en pieles, bordadores y sombrereros, cuyo conocimiento se transmite de generación en generación.
Pero algunas casas de moda importantes están preocupadas acerca del creciente número de marcas de mercado masivo, que están mostrando sus colecciones de vestimenta lista para usar junto con la alta costura.
“La alta costura debe seguir siendo muy excepcional y exclusiva’’, afirmó Francoise Montenay, el presidente de Chanel, al diario de la industria Women's Wear Daily.