13 octubre 2003
BALTIMORE, EE.UU. (AP) .- Monos con implantes en el cerebro fueron adiestrados para mover un brazo robótico mediante procesos mentales, un importante avance que permitiría algún día a personas paralíticas realizar labores similares.
Una serie de electrodos que contienen alambres diminutos fueron implantados en los cerebros de dos monos. Posteriormente una computadora registró señales producidas por los cerebros de los monos cuando manipulaban una palanca que controlaba un brazo robótico a cambio de una recompensa: sorbos de un jugo.
La palanca fue luego desconectada y el brazo robótico, que se hallaba en otro cuarto, fue controlado directamente por las señales cerebrales que provenían de los implantes. Los monos cesaron eventualmente de usar la palanca, como si hubiesen sabido que sus cerebros estaban controlando el brazo robótico, dijo Miguel Nicolelis, investigador de la universidad Duke.
"Tres de nosotros estábamos en el cuarto observando a una mona, cuando de repente dejó caer la palanca y comenzó a jugar ... la mona descubrió que ya no necesitaba mover la palanca", dijo Nicolelis.
"No lo podíamos creer. Era como si la mona nos hubiera dicho, 'Créanme, puedo hacerlo'. ... Ella estaba muy feliz por el hecho de que podía hacerlo". También el otro mono dejó de usar la palanca.
La investigación fue divulgada el lunes en la primera edición de la revista científica PLoS Biology que publica online la Biblioteca Pública de Ciencias.
Los investigadores de la universidad Duke habían previamente conectado alambres a los cerebros de los monos a fin de permitir que un brazo robótico imitase movimientos hechos por primates cuando usan una palanca o buscan comida.
Ya se ha implantado a seres humanos similares aparatos que les permiten controlar el movimiento de un cursor en la pantalla de una computadora a través de procesos mentales. Pero el implante usado en los monos es más pequeño y la labor llevada a cabo más compleja.
Los investigadores de Duke están ahora realizando investigaciones para implantar aparatos similares en los seres humanos, y Nicolelis dijo que tiene grandes esperanzas en ese campo.
"Puede hacer un montón de cosas, mover sillas de ruedas y brazos robóticos, tal vez los brazos de una persona, o activar computadoras", dijo Nicolelis.
De acuerdo al investigador, también podrían controlarse aparatos electrodomésticos u objetos en otras partes de una vivienda.
"Previamente, había pensado que demoraría entre cinco y 10 años antes de que esos aparatos pudiesen aplicarse a los seres humanos", dijo. "Pero ahora me siento más optimista. Creo que en un par de años podríamos iniciar pruebas clínicas".
Los implantes permanecieron en los monos durante dos años y medio, indicando que pueden ser usados por períodos prolongados. Con el transcurso del tiempo, el cerebro de los monos se adaptó a fin de tratar al brazo robótico como si les hubiera pertenecido, dijo Nicolelis.