TORREÓN, COAH.- “Si volviera a nacer escogería ser sacerdote”. Con estas palabras, monseñor Francisco Castillo Santana manifestó su satisfacción, felicidad y agradecimiento a Dios por haberle permitido servir al pueblo durante 50 años, y con ello celebrar sus Bodas de Oro sacerdotales.
Este querido párroco de la Catedral de Nuestra Señora del Carmen y Vicario General de la Diócesis de Torreón, festeja este mes de octubre cinco décadas de aniversario sacerdotal con diversas actividades, que por cierto ya iniciaron.
El padre Castillo Santana, segundo hijo de los señores Miguel Castillo e Irene Santana, nació el 21 de octubre de 1930 en la ciudad de Guzmán, Jalisco. A la edad de doce años ingresó al seminario de la capital tapatía, ciudad en la que se ordenó como sacerdote.
Fue el primero de noviembre de 1953 cuando el entonces Arzobispo de Guadalajara, José Garibi Rivera, lo ordenara junto a 35 diáconos más.
Ya como sacerdote, hizo su primer apostolado en la ciudad de Lagos de Moreno, Jalisco, donde permaneció por cinco años como vicario cooperador.
Posteriormente, por invitación de don Fernando Romo Gutiérrez, primer Obispo de la Diócesis Torreón, vino a esta ciudad junto con su madre y hermana, para ocupar varios puestos.
El primero de ellos fue en la parroquia San Juan Bautista. Ahí duró siete años, enseguida ocupó el cargo de rector del Seminario de Torreón, también por el mismo tiempo. Estuvo por un año en Francisco I. Madero, Coah., después se trasladó a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada sobre la calzada Cuauhtémoc.
Por 14 años fue párroco de la iglesia de Los Ángeles, y durante nueve años de la parroquia de La Virgen de la Encarnación.
En la actualidad, lleva seis años como párroco de la Catedrual de Nuestra Señora del Carmen; parte de sus quehaceres en bien de sus semejantes, ha sido participar en los cursillos de Cristiandad, en el Movimiento Familiar Cristiano (MFC) y en Familia Educadora de la Fe (FEF).
Fiel a los designios de Dios, monseñor Francisco Castillo Santana externó su agradecimiento hacia todas las personas que colaboran en las actividades de su celebración de jubileo de oro que comenzó el 19 de octubre y culminarán el próximo martes 28, con una misa de acción de gracias.
“Este aniversario de ordenación sacerdotal me ha permitido darle gracias a Dios por lo que soy, por esta vocación a la que Él me llamó, también le he podido al Señor por todas mis fallas, ya que nadie es perfecto”.