“El lenguaje político... está diseñado para hacer que las mentiras suenen veraces y el homicidio respetable”. George Orwell
En su afán por evitar que la bancada de su partido se divida sobre la Ley de IVA para el año 2004, los dirigentes priistas han optado por apoyar la creación de un monstruo fiscal que, de forma extraordinariamente compleja, tratará de ocultar el pago del impuesto que se aplicará a medicinas y alimentos.
Si la iniciativa es aprobada en el Congreso, lo cual es muy probable gracias a la mayoría del PRI en las dos cámaras, México no sólo habrá perdido la oportunidad de construir un sistema fiscal más sencillo y competitivo, sino que producirá un engendro como el que creó el doctor Frankenstein en la novela de Mary Wollestoncraft Shelley.
Los priistas han entendido que nuestra actual Ley del IVA -que cobra 15 por ciento de tasa general, 10 por ciento en las fronteras, tasa cero en alimentos y medicinas, y que además deja exentos a algunos productos- simplemente no puede ser un instrumento para aumentar la recaudación fiscal.
Pero en lugar de aceptar la propuesta simplificadora de aplicar un 10 por ciento de IVA a todos los productos y servicios, el PRI está buscando bajar el IVA general al 10 por ciento, mantener la tasa cero a alimentos y medicinas (con el enorme subsidio que esto implica para las clases medias y acomodadas), crear dos nuevos impuestos (uno de 2 de por ciento y otro de 1 por ciento) a la venta final de productos y servicios con tasa cero para medicinas y alimentos (la contabilidad sería distinta a la del IVA) y establecer otro nuevo impuesto del 10 por ciento a productores, intermediarios e importadores de alimentos y medicinas.
No hace falta mucho conocimiento para entender que este paquete aumentaría de manera muy importante la ya notable complejidad del sistema fiscal mexicano. Habría una eliminación práctica de la tasa cero en alimentos y medicinas -porque el hecho de que no se cobre el IVA en el último paso de la cadena de distribución no significa que no se le pase al consumidor la factura de los impuestos en el resto de la cadena- pero se haría de la manera más compleja posible.
La propuesta del PRI es fundamentalmente recaudatoria. De hecho, en declaraciones a los medios la coordinadora de los diputados priistas, Elba Esther Gordillo, señaló que se necesita una Reforma Fiscal para aumentar la recaudación. Esto, sin embargo, es falso. En un país agobiado por el estancamiento económico y el desempleo no se necesita hacer una Reforma Fiscal para aumentar la recaudación sino para hacer más sencillo, eficiente y competitivo el proceso de recaudación. Y el esquema que están proponiendo los priistas es tan complejo que logra todo menos eso.
La razón de crear un monstruo fiscal como el que están proponiendo los priistas tiene un simple propósito: engañar a los ciudadanos. Los diputados del PRI hicieron campaña con la bandera de que no aceptarían el IVA en alimentos y medicinas. Pero al llegar al momento de considerar las alternativas, sus especialistas se han percatado de que no hay otra opción. Los priistas buscaron sacarle la vuelta a la promesa electoral rechazando la homologación del IVA al 10 por ciento pero sugiriendo un impuesto del 5 por ciento a alimentos y medicinas. La propuesta, no obstante, generó una terrible batalla interna que amenazaba con dividir al partido.
Por eso los priistas han optado ahora por el engaño: cobrar un impuesto de 10 por ciento a la producción, importación y distribución de alimentos, pero eliminando el IVA solamente en la venta final al consumidor. Al final lo único que pretende la propuesta es ocultar el hecho de que se está cobrando un impuesto a medicinas y alimentos.
Yo no sé si los priistas conseguirán su propósito final de engañar a los mexicanos. Los ciudadanos no son hoy tan ingenuos como piensan los políticos. Al ver el aumento del precio final de los productos, entenderán que esto es producto de un impuesto nuevo.
La gran tragedia es que la oportunidad histórica de crear un mejor sistema fiscal -más sencillo, más eficiente y más competitivo- se está perdiendo. De aprobarse la propuesta del PRI, México tendrá un sistema más complejo que promoverá la evasión fiscal. La economía nacional continuará así su proceso de deterioro. En lugar de hacernos más competitivos, nos estamos haciendo más burocráticos. Y lo pagaremos con una creciente pérdida de empleos y con mayor pobreza.
Transparencia
La propuesta del PRD para una nueva ley de transparencia en el Distrito Federal es una burla. Habrá transparencia, pero no en los asuntos realmente importantes. Habrá una comisión de información, pero sin recursos y sin ningún poder real frente a la autoridad.
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