Reuters
LIMA, PERÚ - La justicia de Perú condenó ayer a cinco años y cuatro meses de prisión al ex jefe de espías Vladimiro Montesinos por tráfico de influencias, en el primero de decenas de juicios en su contra desde que estalló hace más de dos años el peor escándalo de corrupción del país.
La sentencia, postergada desde el jueves luego que Montesinos se desvaneció en plena corte debido al cansancio según los médicos legistas, fue dictada junto con la de su ex amante Jacqueline Beltrán, a quien los jueces la condenaron a cuatro años de cárcel por el mismo delito.
Según los jueces, Montesinos usó sus influencias para sacar de prisión al hermano de su ex amante, acusado por tráfico de drogas.
Montesinos, un capitán que fue expulsado del Ejército pero que dirigió después los servicios secretos en la década de 1990, detonó en septiembre del 2000 un escándalo de corrupción que provocó la destitución de su jefe, el ex presidente Alberto Fujimori, quien vive ahora refugiado en Japón.
El ex asesor de inteligencia, que permaneció en silencio durante el juicio público que comenzó el 18 de febrero alegando que no tiene un debido proceso, habló por primera vez a los jueces en la audiencia.
A la pregunta de si había alguna objeción a la sentencia, el otrora hombre poderoso afirmó: "me reservo el derecho", dejando la posibilidad de apelar la condena.
Montesinos tiene actualmente una condena de nueve años de prisión por el delito de usurpación de funciones, impuesta a mediados del 2002 en un juicio reservado en la base naval donde permanece detenido.
Los juicios con mayores cargos como tráfico de armas y de drogas y violaciones a los derechos humanos aún no comienzan y contemplan penas de hasta 30 años de prisión.
Las condenas en Perú no son acumulables, por lo que la primera sentencia sólo servirá como antecedente para los archivos y los nuevos procesos en marcha en su contra.