A Rogelio Cárdenas, un hombre noble y valeroso, un periodista de vanguardia, creador del gran periódico, “El Financiero”. In memoriam
Más de 2,500 años antes de que Zedillo, una vez liquidado Colosio, se encumbrara prometiendo a los mexicanos “Bienestar para la Familia”. (La familia Bretton Woods y sus bebés FMI y BM), ya el sabio chino Confucio aseguraba que el deber esencial de todo gobierno es trabajar por el bienestar del pueblo. Desde luego que Fox no tuvo tiempo de enterarse del humanitarismo de Confucio y de sus justas ideas sobre lo que debe ser el Estado, pero nunca es tarde. Hoy, hoy, hoy, puede comprar por 40 pesos en las tiendas de autoservicio, dentro de la colección Grandes Biografías, la de este filósofo que tan tempranamente dijo algo que enfureció al régimen comunista de su país: “Todos los hombres nacemos iguales, sólo nos diferencian la educación y el ambiente en que vivimos”. Es un libro facilito, señor Presidente, sencillo y le aseguro que le dará mejores consejos que todos los grillos asquerosamente neoliberales que lo rodean. Quizás, si aplica los consejos del humilde chino hasta se pueda salvar en su segundo trienio del peor juicio de la Historia. ¡Anímese!
ESTAS “REFLEFXIONES” SON FRUTO DEL ENROQUE DEL EX VOCERO, RODOLFO ELIZONDO, al que Fox sacó de su intimidad para lanzarlo a la Sectur, en sustitución de Leticia Navarro, una secretaria decorativa, destinada a lo mismo que todo el gabinete, a atraer inversión extranjera y a hacer negocios para el pequeño grupo neoliberal que sigue gobernando a este país. El head hunter fue un amigo de Fox. La propuso e impuso el consentidote, Roberto Hernández, el banquero transmisor de Banamex al Citigroup al que no le cobraron impuestos por la operación y al que hoy no le cobra Robaproa. Leticia Navarro se sometió por supuesto a los lineamientos y aunque según una plana de números que publicó la Sectur en el último momento, no lo hizo tan mal y fue otra víctima del 11 de septiembre, lo que se pudo ver en su actuación es que no le echó ganas ni imaginación a su chamba, aunque tampoco es la única que debió salir del gabinete. El hilo se rompió por lo más delgado, pero en el gabinete hay panzones que están viviendo horas extra a nuestras costillas, por cuyas cabezas clama la población y no pasa nada.
TURISMO, UNA SECRETARÍA DE QUINTA, DICEN, en el más puro estilo priista del siglo y del régimen pasados, los comentaristas y grillos y/o economistas. Se rasgan las vestiduras “los analistas”. ¡Qué barbaridad, qué bajón le dieron a Elizondo! La Sectur es una congeladora sin importancia, como cualquier embajada, menos que una subsecretaría. Pobre “Negro”, él que dormía en Los Pinos. Figúrese usté. Para el 99% de los comentaristas, Rodolfo Elizondo es el perdedor, por haber sido apartado de los cálidos algodones de “ Ciudad Sahagún”, ahí donde anidó en calidad de “cronista de la Presidencia” John- Juan Hernández, gran recabador de fondos del extranjero para Amigos de Fox.
Esta columna en cambio felicita calurosamente a Rodolfo Elizondo -siempre y cuando siga queriendo hacer algo verdaderamente útil por su país- por haber sido relevado de la misión imposible de crear buena imagen a un Presidente que no ha hecho nada más que hablar. Quién quite por otra parte que Alfonso Durazo, el hoy dos en uno, presidencial secretario y vocero (en papeles similares no fue muy útil, pero sí cuando menos leal a Colosio), pueda encaminar a Fox por caminos de lógica y de moderación declarativa y abrirle ventanas hacia ciertas realidades que le pasan de noche. Aunque quién sabe qué grados de salinidad marque hoy el salinómetro de Durazo. Pero Elizondo, del que gente de varios sellos y colores habla bien, puede ser el que cambie esa chaparra mentalidad grilla que aún abruma al país y especialmente a los cortesanos a la caza de huesos en el D.F. Gobernar es otra cosa que grillar. Él puede volver a hacer del turismo algo vital y checar lo que el neoliberalismo está haciendo a escondidas, como la “escalera náutica”, contra tesoros ecológicos y arqueológicos. Inversiones sí, pero que no destruyan. El duranguense tiene conocimientos de la industria turística. Los adquirió a través de sus actividades en las comisiones legislativas y desde luego es inteligente y sabe que el turismo es la tercera fuente de divisas del país, habiendo sido la segunda después del petróleo. El honroso segundo lugar lo ocupan ahora los migrantes a los que tanto debe México y cuyos enormes recursos van directamente a la población, al bienestar de sus familias, salvo lo que se embolsa la Western Union y otras aves de rapiña. Lo del petróleo en cambio sólo le sirve al gobierno.
Hoy cuando falta entusiasmo y creatividad en lo interno y todo es mirar como bobos hacia la economía del norte, cuando el desempleo abruma, cuando la imaginación mexicana para el desarrollo se redujo en sexenios neoliberales a entregar nuestros recursos no renovables al bandido de Dick Cheney, cuando la exportación se cimbra, es momento de ver al turismo como lo que es para muchos países en la prángana, empezando por España, el pilar del progreso, parejo, integral, propulsor de cultura y de infraestructura, de indispensables obras no sólo carreteras sino ferroviarias -México es el único país del mundo sin trenes- y aeroportuarias que no concentren todo en la megalópolis. La “humilde” Secretaría de Turismo debe convertirse en el polo de desarrollo de una de las tres primeras fuentes de ingresos de México y de lo que tenga que ver con ella. Felicidades, pues, Rodolfo Elizondo. www.manu-dornbierer.com.mx