Los Ángeles, EU.- El horizonte de Tom Cruise está lleno de kimonos y sushi ahora que el actor está promocionando su último estreno, The Last Samurai, pero lo que es boda o al menos un anillo para Penélope Cruz, nada de nada.
Los dos posaron una vez más para las cámaras en la alfombra roja que conducía al teatro Mann Village de Westwood, en Los Ángeles, donde se estrenó el filme que finalmente le puede dar el Oscar a Cruise, al menos según dice la crítica.
Ambos bromearon con el público y con los invitados entre los que se encontraban Will Smith y su esposa Jada Pinkett, y comieron sushi y sashimi en el museo Armand Hammer, decorado con los kimonos y las espadas de samurai del filme, todo ello regado de sake y música tradicional de la época.
Un señor banquete pero no de boda porque como se ha molestado en puntualizar a la prensa la estrella de Top Gun, ?Penélope es un ser humano encantador pero, en lo que se refiere al matrimonio, no hay planes por el momento?.
Ese pero -siempre ese pero- incluso en una relación que a lo tonto a lo tonto ya ha superado los dos años y los rumores de que todo era una charada para quedar bien delante de la prensa. ?Amo a Penélope y me lo paso muy bien con ella?, también ha asegurado Cruise, sin entrar en detalles de lo poco que se ven, él rodando durante casi dos años en Nueva Zelanda y Japón, ella por Europa y Estados Unidos continuando con su carrera.
?Soy una adicta a los hoteles?, ha llegado a confesar la española de 29 años al referirse a lo mucho que viaja para cimentar esta carrera.
Claro que si Cruise dice poco de una posible boda, Cruz dice aún menos y se niega incluso a acercarse a cualquier cosa que tenga relación con Tom porque según dice ?eso será lo que quede reflejado en el titular?.
?No entro en estos temas. Ni voy a fiestas. Llevo una vida sencilla y nunca hablo de mi relación. Es mi responsabilidad proteger mi intimidad?, admitió Cruz recientemente.
Es difícil recordar estas palabras cuando su imagen en unas sandalias de tacón de aguja, vestido negro de gasa y encaje, escotado por arriba y arriesgado por los bajos y besando furtivamente a un Tom Cruise exultante fue la escena más memorable de una velada de más de tres horas, incluido de The Last Samurai.
Esa es la contradicción de los famosos, dependiendo de su imagen pública pero a la vez celosos de su intimidad.
Al menos de la intimidad personal porque Cruise no dudó en revelar detalles de la vida de otros, en concreto de su ex esposa Nicole Kidman.
Quizá de manera casual o quizá de forma deliberada, Cruise aprovechó su entrevista con Larry King, uno de los programas de más audiencia en la CNN, para confirmar lo que ?Nic? todavía no había hecho, su relación con el músico Lenny Kravitz. ?Estoy encantado de que los dos tenemos pareja. Yo con Penélope Cruz y ella está con otro (...). Con Lenny. Un músico con talento?, indicó el actor de pasada.
Habrá que esperar a que a Kidman le toque la hora de la venganza para que también confirme, de pasada, la fecha de boda entre Cruise y Cruz.
¿Quizá aprovechando la llegada de un momento tan familiar como las Navidades, tiempo en el que la familia de la española viajará a Los Ángeles para estar con su hija?
Al fin y al cabo Cruise se casó con Kidman un 24 de diciembre de 1990 y se separó por las mismas fechas, diez años más tarde.
?No va a suceder estas Navidades?, descartó Cruise, todo sonrisas, a un osado entrevistador que se atrevió a ponerle el cascabel al gato.
¿Será entonces cuando consiga el Oscar?