La Librería Educal del Museo Regional de La Laguna ofrece una variedad en estas vacaciones
TORREÓN, COAH.- Novela, cuento, poesía, teatro, danza, música, cine, fotografía, pintura, escultura, antropología, historia. Géneros como éstos y muchas más, son los que la librería Educal del Museo Regional de La Laguna ofrece a quienes visitan el recinto diariamente.
La librería forma parte de la red nacional de Libros y Arte del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que cuenta con 34 sucursales a lo largo y ancho del territorio nacional y 18 en el Distrito Federal.
Además de libros, se pueden encontrar videos, carteles, revistas, guías turísticas, discos compactos, materiales infantiles, textos de preparatoria abierta, artesanía, platería, reproducciones arqueológicas, entre otros productos educativos y culturales.
En el interior de la República, hay librerías Educal en el Fuerte San Diego, de Acapulco; la Casa Terán, de Aguascalientes; el Instituto de Cultura de Campeche; el Museo Arqueológico y Plaza de Arte, en Cancún; en el Instituto Quintanarroense de Cultura; el Centro Municipal de las Artes de Ciudad Juárez; el Jardín Borda y el Palacio de Cortés, de Cuernavaca; por mencionar algunos.
La presencia de Educal llega hasta Culiacán, Durango, Guadalajara, Guanajuato, Jalapa, Mérida, Monterrey, Morelia, Oaxaca, Pachuca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tepic, Tepotzotlán, Tepoztlán, Tijuana, Tlaxcala, Tuxtla Gutiérrez, Veracruz, Villahermosa, Zacatecas, y por supuesto Torreón.
En la Ciudad de México, hay librerías de esta red en el Auditorio Nacional, el Centro Histórico, el Centro Nacional de las Artes, la Cineteca Nacional, el Museo Nacional de Culturas Populares, el Museo Nacional de las Culturas, Museo Nacional de San Carlos, el Palacio de Bellas Artes, el Palacio Legislativo, el pasaje Zócalo-Pino Suárez, entre otros puntos.
Lo mismo se encuentran títulos de editoriales independientes, que del mismo fondo que programa el Conaculta, como la colección de Textos Periodísticos, ediciones de poesía, novela, cuento, y demás géneros.
Firman convenio
La distribución de casi dos mil títulos de 80 colecciones del Conaculta en nueve países donde existen subsidiarias del Fondo de Cultura Económica, la promoción permanente de obras de autores mexicanos y literatura universal editadas en nuestro país, así como el fortalecimiento de la difusión de nuestra cultura en el extranjero, son algunas de las iniciativas emprendidas, el pasado jueves por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Fondo de Cultura Económica (FCE).
El Convenio de Cooperación para la Distribución y Venta de Publicaciones, por parte de ambas instituciones, fue firmado en la sede del Conaculta por su titular Sari Bermúdez y Consuelo Saizar Guerrero, directora general del FCE.
En el acto, estuvieron presentes Raúl Zorrilla, director general de Educal; Martha Michaus Contreras, subgerente de Ventas Internacionales del FCE y Henoc de Santiago Dulché, gerente de comercialización de Educal.
Sari Bermúdez dijo que el acuerdo implica a su vez la distribución de libros en países como Argentina, Brasil, Colombia, Chile, España, Estados Unidos, Guatemala, Perú y Venezuela, la asistencia conjunta a ferias del libro y la apertura de mercados que cuentan con lectores cada vez más demandantes de publicaciones de gran calidad.
“El acervo del Conaculta complementa, de manera natural, el catálogo de publicaciones del Fondo de Cultura Económica. Estas acciones pondrán nuestros libros al alcance de miles de nuevos lectores en Iberoamérica y constituyen una muestra más de la vinculación y coordinación interinstitucional tan necesarias para nuestra nación”.
Por su parte, Consuelo Saizar dijo que el Fondo de Cultura Económica ha logrado consolidar a través de los años una red internacional que ahora, gracias a la firma de este acuerdo con el Conaculta, podrá mostrar a los lectores, a través de los libros, un panorama más amplio sobre México.
“Con esta distribución conjunta, los creadores mexicanos se verán beneficiados directamente porque sus obras accederán a las diez librerías que nuestra institución ha instalado en el extranjero. Asimismo las estrategias de mercadotecnia y difusión de nuestros acervos y colecciones nos enriquecerán con experiencias conjuntas para llegar a cada vez más lectores en nuestro continente”, concluyó la directora del FCE.
Sobre la Revolución Mexicana...
Cerca de una fogata encendida con hojarasca, zacate y leña de desperdicio, unos peones yacen sobre el suelo cantando; carreras de la gente, aprestándose a la defensa; blasfemias, gritos; tiros en la orilla del poblado, todos corren hacia el monte, son entre otros los escenarios de la obra de Urquizo.
El cronista de la Revolución Mexicana (1891-1969) nació en San Pedro de las Colonias, Coahuila, comenzó su carrera militar como soldado raso y la culminó como Secretario de Defensa Nacional; formó parte de la guardia presidencial de Francisco I. Madero y del séquito que acompañó a Venustiano Carranza en la emboscada de Tlaxcalantongo; dejando constancia de estas experiencias en novelas, relatos y memorias.
Urquizo es también considerado el reportero de la Revolución Mexicana, ya que participó activamente durante los sucesos que ocurrieron entre 1910 y 1920 en la nación. Su vida y su obra están entrelazadas por los acontecimientos que pudo presenciar a lo largo de los diez años que duró la lucha armada.
Su obra literaria posee un doble alcance: por una parte, en su calidad de testigo de la Revolución, nos muestra cómo era la vida en aquella época y por otra, aporta una lección de supervivencia y hasta de sobrio optimismo.
El Fondo de Cultura Económica pone en circulación las Obras Escogidas de Francisco L. Urquizo, en colaboración con la Asociación Cívica Francisco L. Urquizo. Esta casa editorial se suma a las acciones que dicha organización realiza para difundir la obra del reportero de la Revolución Mexicana.
Obras Escogidas de Francisco L. Urquizo contiene narraciones como ¡Viva Madero!, Fui soldado de levita de esos de caballería, México-Tlaxcalantongo, Páginas de la Revolución, La Ciudadela quedó atrás, Memorias de Campaña y Tropa Vieja, esta última considerada por Salvador Novo como “la mejor novela de la Revolución Mexicana”; también relatos breves y estampas de los años en que estuvo exiliado en Madrid, entre