La encuentran viva, pero falleció antes de que llegara la Cruz Roja
Gómez Palacio, Dgo.- La escena fue terrible. A las 12:05 horas, Yolanda Cossío fue a la óptica Adriana, abrió la puerta como cualquier cliente, entró al fondo y en un pequeño cuarto vio en el suelo a su comadre mal herida; la visitante salió corriendo y llamó a la Cruz Roja, fue inútil, Adriana Ruelas murió degollada. Hay un sospechoso detenido.
De inmediato se reportó el asesinato a la policía, al local ubicado en la calzada J. Agustín Castro 1100 norte, llegaron agentes y decenas de curiosos; también arribaron el padre, esposo y demás familiares de la infortunada Adriana Dolores Ruelas de Nájera de 42 años.
La pregunta más recurrente fue ¿Quién?, Las respuestas señalaban a un personaje: el “lavacoches”, Martín Reyes Luna de 35 años. Dentro de las primeras investigaciones de la Policía Ministerial, se estableció que el principal sospechoso fue a trabajar por la mañana, ocurrido el crimen, desapareció del lugar.
Con los datos recabados se indicó que el sujeto es bajo de estatura, de piel morena y delgado, algunos vecinos dijeron que asistía al lugar de forma irregular y que también lavaba los autos de los doctores. Todo es especulación, sobre su responsabilidad.
Acordonado con una cinta amarilla, los alrededores del local eran custodiados por la Policía Ministerial, la familia de la occisa permanecía dentro del perímetro, estaban angustiados, querían ver a Adriana, pero el equipo de Servicios Periciales estaba trabajando.
Al frente de la investigación se encuentra el agente del Ministerio Público, Julio Alejandro Silva Jiménez, quien coordinó la toma de muestras y el levantamiento del cuerpo, auxiliado por los agentes del Grupo de Homicidios que levantaban testimoniales en los alrededores del lugar.
-Cálmate, ya pasó- dijo una joven familiar al esposo de la víctima a manera de consuelo, -cómo ya pasó, no, la pesadilla apenas comienza- contestó el aturdido marido entre sollozos.
El desconcierto salió a flote. Un ministerial custodiaba la puerta del local, de pronto dio un paso atrás y trastabilló en un pequeño escalón, su espalda chocó con la del padre de la víctima, la reacción del policía fue asegurar su arma en la cintura, el adulto mayor empezó a insultar al agente, los demás pedían calma.
Gilberto Estrada Quiñones, comandante regional de la Policía Ministerial, arribó a la escena del crimen, actuó como mediador entre los familiares molestos y su personal. Entró al negocio y dialogó con el agente investigador y el comandante de Homicidios.
Los primeros datos no permiten establecer hipótesis precisas. De entrada se descartó la violencia en el homicidio, la mujer recibió un tajazo en el cuello del lado derecho, probablemente conocía a su victimario. El móvil del robo todavía no se descarta pero tampoco es confiable, a simple vista no faltaba nada de valor.
A menos de diez metros del local, sobre la acera poniente de la calzada J. Agustín Castro, permanecía estacionado el auto de la occisa: un VW Corsar color rojo, modelo aproximado 88, placas EYE 1197. La difunta tenía su domicilio en la calle Nogales 130 de la ampliación Los Ángeles, en Torreón, Coahuila.
Un vecino del lugar detalló el descubrimiento del cuerpo. “Primero llegó una mujer y entró al consultorio, después salió corriendo y gritaba alarmada, pasó un sujeto con bata blanca y le pidió ayuda, rápido tomó el celular y habló a la Cruz Roja, llegaron pronto pero dijeron que ya no podían hacer nada”.
A las 13:00 horas llegó una carroza para recibir el cuerpo de la profesionista, la mujer salió en camilla cargada por tres personas, el llanto envolvió a los familiares, la instrucción fue dirigirse a la Subprocuraduría para las declaraciones y trámites legales.