19 junio 2003
BAGDAD, (Reuters).- Un soldado estadounidense murió el jueves en un ataque contra una ambulancia militar en Bagdad, en la tercera emboscada mortífera en tres días, mientras desafiantes iraquíes maldijeron a Estados Unidos en el funeral de un manifestante muerto por sus tropas el día anterior.
Una granada propulsada por un cohete impactó la ambulancia, en el sur de la capital iraquí, matando al soldado e hiriendo a otros dos, dijo un portavoz militar estadounidense.
Previamente, el canal de televisión Al-Jazeera había dicho que tres soldados estadounidenses murieron en el ataque perpetrado por hombres armados en Iraq.
El miércoles, otro soldado estadounidense murió en un tiroteo desde un vehículo en marcha, y uno había fallecido el día anterior tras recibir un disparo en la espalda mientras patrullaba el norte de Bagdad.
Las fuerzas armadas estadounidenses han atribuido los ataques a partidarios del derrocado presidente Saddam Hussein.
En otro incidente de violencia, una base militar estadounidense fue atacada con fuego de mortero durante la noche en el pueblo de Samarra, al norte de Bagdad, dejando un saldo de un iraquí muerto y 12 heridos, según el ejército estadounidense.
Ira en funeral de iraquí
"Estados Unidos es enemigo de Alá", corearon cientos de dolientes mientras varios hombres disparaban con rifles automáticos al aire, en desafío a la prohibición estadounidense de portar armas en Ira.
No había señales de tropas estadounidenses en el empobrecido distrito donde Tareq Mohammed, un ex oficial de la fuerza aérea, vivía con su esposa y cinco hijos.
Mohammed fue uno de los dos iraquíes muertos el miércoles cuando ex miembros de las desmanteladas fuerzas armadas del país se enfrentaron a soldados estadounidenses en protestas en las afueras de la sede del gobierno liderado por Estados Unidos en la capital.
El ejército estadounidense dijo que los manifestantes apedrearon una caravana que entraba en las instalaciones y uno de ellos sacó un arma y empezó a disparar, provocando la respuesta de los soldados.
Pero una portavoz de las Naciones Unidas criticó la conducta de las tropas: "Denunciamos el excesivo uso de la fuerza", declaró Veronique Taveau, de la Oficina de la ONU del Coordinador Humanitario, en un encuentro con la prensa.
"Nos privaron de nuestros empleos y no nos han ofrecido nuevos", dijo uno de los participantes en el funeral, Khazaal Qatie, refiriéndose a la medida estadounidense de desarticular las fuerzas armadas, servicios de seguridad y dos ministerios, lanzando al desempleo a 400.000 personas.