BAGDAD, IRAQ.- Un soldado estadounidense murió ayer baleado en la espalda por un francotirador mientras patrullaba las calles de la caótica capital de Iraq, en la más reciente de una serie de emboscadas mortales contra las tropas norteamericanas.
Tras el disparo del francotirador y dos misteriosas explosiones en la ciudad, tropas estadounidenses fuertemente armadas recorrieron el centro de Bagdad, allanando casas y cerrando caminos.
La administración que encabeza Estados Unidos en Iraq, enfrentada a una ola de delitos comunes y ataques, emitió una resolución por la que declaró ilegal la incitación a la violencia contra las fuerzas de ocupación y contra los ciudadanos iraquíes y dio pasos para establecer una nueva corte penal.
Al menos 41 soldados han muerto en ataques desde el primero de mayo, cuando el presidente estadounidense, George W. Bush, declaró el fin de los combates en Iraq. Estados Unidos culpa de los ataques a combatientes leales al derrocado líder Saddam Hussein.
“Un soldado de la Primera División Blindada murió por un disparo temprano esta mañana”, dijo el ejército estadounidense en un comunicado.
“El soldado, que era parte de una patrulla, estaba sentado en un vehículo militar cuando fue alcanzado en la espalda por una bala de bajo calibre”, precisó.
En un incidente separado en la noche del lunes, un automóvil explotó en el oeste de Bagdad y residentes dijeron que el estallido del vehículo causó la muerte de una mujer y una niña.
Los testigos indicaron que la explosión ocurrió en una intersección donde tropas estadounidenses habían establecido antes un puesto de control.
Se desconocía la causa de la explosión del automóvil Volkswagen Passat rojo, que quedó totalmente destruido.
Previamente el lunes, un auto fue destruido por una explosión cuando atravesaba un túnel en el centro de Bagdad. Dos iraquíes resultaron heridos.
Según las fuerzas estadounidenses, la explosión probablemente fue causada por una mina terrestre que había sido plantada en el lugar, por donde las caravanas militares norteamericanas pasan varias veces al día.
La capital iraquí, Bagdad, permaneció cercada por militares estadounidenses, que realizaron un amplio operativo para dar con el francotirador que mató al soldado, el cual se sumó a los más de 40 muertos que van desde mayo.
Calles y avenidas del centro y norte de Bagdad, así como las principales carreteras de acceso a la capital del país árabe permanecieron vigiladas por soldados estadounidenses fuertemente armados.
De acuerdo con reportes de prensa conocidos en esta capital, las fuerzas estadounidenses registraron vehículos sospechosos e ingresaron a algunas viviendas en busca de hombres leales a Saddam Hussein, responsables de los recientes ataques a sus tropas.
El amplio operativo inició desde las primeras horas de este martes, después de que un soldado murió la víspera a manos de un francotirador cuando patrullaba junto con otros militares un barrio del norte de Bagdad.
Como en ocasiones anteriores la identidad del militar muerto no fue revelada, ya que primero se debe de notificar a los familiares por las autoridades estadounidenses.
Los ataques y emboscadas contra los soldados estadounidenses en Bagdad se han intensificado en gran parte de Iraq y de manera primordial en Bagdad y la ciudad de Fulluja, donde el ejército lleva acabo una fuerte operación militar desde el domingo pasado.
El operativo, denominado “Escorpión del Desierto”, fue lanzado para frenar a grupos de resistencia leales al depuesto líder iraquí, que según los servicios secretos estadounidenses amenazaban a las fuerzas de la coalición.
A tres días de la operación militar, el ejército estadunidense ha detenido a 371 personas y ha incautado 121 rifles, 19 pistolas, 18 granadas lanza cohete, cuatro ametralladoras, dos metralletas, explosivos y mascarillas de protección contra armas químicas.