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SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS.- Dos tzotziles muertos y tres más heridos dejó una emboscada en la comunidad Tres Cruces, en el municipio de San Juan Chamula, aparentemente por problemas agrarios y diferencias políticas.
En el incidente, resultaron muertos los indígenas: Romero López Patishtán y Agustín López Heredia, de 18 y 21 años de edad.
Dos de los heridos internados en el Hospital Regional de esta localidad fueron dados de alta, sólo Lorenzo de 12 años de edad permanece internado, confirmaron autoridades de la Procuraduría de Justicia del Estado.
Lorenzo, el joven que recibió un tiro en la pierna, declaró que no reconoció a los agresores, pues era de noche (20:00 horas), por lo que no los pudo reconocer.
Dijo que él y sus parientes regresaban a su paraje cuando desde la maleza los hombres abrieron fuego, sin que pudieran ponerse a salvo de los disparos.
Los hombres, que hasta ahora se desconoce su paradero e identidad, dejaron esparcidos en el lugar de los hechos, unos 18 cartuchos percutidos de diferentes calibres.
Un grupo de peritos de la Procuraduría de Justicia del Estado llegó al lugar de los hechos para recabar evidencias de los hechos, mientras que algunos habitantes de Tres Cruces y testigos presenciales de los hechos fueron llamados a comparecer ante un ministerio público.
Los enardecidos habitantes de Tres Cruces han responsabilizado de los hechos a indígenas protestantes, pero éstos se deslindaron de los hechos a través de sus dirigentes.
Desde hace más de tres décadas San Juan Chamula vive inmerso en una serie de hechos de violencia: quemas de casas, emboscadas, asesinatos y secuestros, debido a que sus habitantes de la etnia tzotzil están enfrentados por problemas políticos y religiosos.
El 14 de enero pasado, indígenas tzotziles de Tres Cruces, Tzajaltetic y Bautista Chico denunciaron que un grupo de 16 familias procedieron a invadir los pozos de agua donde decenas de nativos se surten del vital líquido para su sobrevivencia.
Estos hechos, dijeron, podría provocar “graves problemas” por la disputa del agua, pues los “invasores”, ligados a caciques de San Juan Chamula, habían llegado con maquinaria para extraer el vital líquido.
Juan Jiménez Hernández, que ostenta la titularidad y derechos de la propiedad comunal, ha permitido durante décadas que se extraiga el líquido de esos pozos.
Los inconformes consideraron la acción de las 16 familias, apoyadas por las autoridades municipales del PRI y caciques, como un atentando contra el patrimonio histórico de la comunidad, al destruir los lugares sagrados de San Juan Chamula, “con fines particulares”.
Y advertían que ante estos hechos no podían acercarse ahora a los pozos, porque los dirigentes de las 16 familias los habían amenazado con encarcelarlos e incluso, golpearlos si lo hacían.
Por esto, los tzotziles entre ellos el propietario de los pozos pidieron al gobierno estatal que les garantizara la seguridad e integridad y que estas acciones se extendieran a los habitantes de Tzajaltetic y Bautista Chico.
Pedían también que se frenara el proceso de expropiación de los pozos, por parte de los caciques y autoridades priístas, pues alegaban que esos manantiales son lugares sagrados y patrimonio de las comunidades de San Juan Chamula.
Dos días después de esta denuncia, las autoridades de San Juan Chamula, acusaron a Candelario Hernández Heredia, de intentar destruir maquinaria pesada en tres poblados de es municipio que construirían “ollas de agua”.
Por esto, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas pidió al gobierno estatal que instrumentara medidas cautelares para garantizar la libertad personal e integridad y seguridad física de Hernández Heredia y habitantes de Bautista Chico, Tzajaltetic y Tres Cruces.
Además exigía que se detuviera la impunidad y arbitrariedad que gozan aun los caciques priístas de San Juan Chamula, “amparada por las autoridades municipales” y justificada bajo el engaño de “usos y costumbres, donde los únicos afectados son reiteradamente los indígenas.
Y enumeraba una serie de hechos violentos en enero. Entre el 14 y 15 fue detenido ilegalmente el nativo Juan Jiménez Hernández, al denunciar que los caciques pretendían apoderarse de los pozos.
El 13 de enero, el nativo Juan Jiménez y representantes de las tres comunidades, denunció que los caciques empezaron a construir una “olla de agua” en los pozos “sagrados”.
El 14 de noviembre del 2002 se registró un enfrentamiento en la comunidad Tzeteltón, entre indígenas evangélicos yn un saldo de ocho heridos, siete de ellos con arma de fuego.
El seis de noviembre del 2002, en la comunidad Tzajaltetic, indígenas tzotziles se enfrentaron en la comunidad de Tzajaltetic, lo que dejó un saldo de siete personas lesionadas.
Horas después, un grupo de cuatro familias de las comunidades de Tzajaltetic y Botatulán, huyeron de sus hogares ante el temor de ser agredidos. Buscaron refugio en San Cristóbal.
El 15 de enero del 2002, cuatro tzotziles fueron muertos por armas de fuego y ahorcados, en la comunidad El Romerillo, de San Juan Chamula, por la disputa de un predio, aunque la Procuraduría de Justicia del Estado dio a conocer que los hechos habían sido por prácticas de brujería.
En esa ocasión perdieron la vida: el indígena Diego Hernández López quien fue ahorcado y luego su cuerpo fue arrastrado unos 500 metros, su esposa Verónica Santis Díaz, así como María Díaz Chintulín y Cristóbal Gómez Sántiz, éstos asesinados con armas de fuego.
La Procuraduría de Justicia del Estado negó que los hechos ocurridos en Tres Cruces este lunes, hayan sido provocados por problemas religiosos o políticos.