05 julio 2003
RAMADI, Irak (AP).- Una poderosa explosión mató a siete reclutas policiales iraquíes e hirió a otros 40 mientras marchaban en una ceremonia de graduación el sábado en esta tensa ciudad del oeste del país, dejando las calles cubiertas de sangre, escombros y pedazos de ropa, informaron militares norteamericanos y empleados de un hospital.
La explosión en Ramadi, a unos 95 kilómetros al oeste de Bagdad, sucedió mientras los policías desfilaban desde una escuela local de niños -en la que habían tomado un curso de entrenamiento de cinco días bajo la supervisión de militares estadounidenses- hasta un cercano edificio gubernamental, dijo Mahmoud Hamad, un sobreviviente de 23 años herido en su brazo y pierna derecha que estaba en un hospital.
El Tercer Regimiento de Caballería Armada del Ejército, a cargo de Ramadi, reportó siete muertos y 40 heridos, dijo el capitán Michael Calvert. Indicó que, al parecer, ninguno de los muertos es norteamericano. "Eran nuevos reclutas que acababan de terminar un entrenamiento conjunto con nosotros", explicó Calvert. Al parecer, la bomba fue activada de manera remota, expresó.
Los militares norteamericanos enviaron al sitio a expertos en explosivos para que investiguen los hechos. Calvert dijo que la explosión "no fue el resultado de ninguna acción o accidente de las fuerzas de la coalición".
El médico Irfan Abdul Razzak elevó el número de heridos a 54 y explicó que unas 15 víctimas eran sometidas a cirugías de emergencia. "Todo el personal está viniendo al hospital", manifestó Razzak. Las mezquitas emitieron por altoparlantes pedidos urgentes para donación de sangre. "La explosión fue tan estruendosa que se escuchó en toda la ciudad", dijo el policía iraquí Hamed Ali.
Unas horas después de la explosión, por lo menos tres helicópteros estadounidenses sobrevolaron el lugar, y varios vehículos militares recorrían las calles.
Ramadi, uno de los diversos poblados con mayoría sunita sobre el Río Eufrates, al oeste de Bagdad, era un bastión de apoyo para Saddam Hussein y allí han ocurrido ataques frecuentes que han matado a estadounidenses e iraquíes.
Los insurgentes suelen atacar estaciones policiales o a cualquiera que consideran está colaborando con las fuerzas de ocupación.
La explosión ocurrió un día después que fue divulgada una nueva grabación, supuestamente de Saddam Hussein, que podría fortalecer a los grupos islámicos radicaless e intensificar la insurgencia. Muchas de las víctimas responsabilizaron a Estados Unidos por el ataque.
"Los norteamericanos lo hicieron. ¿Quién más podría hacer algo como esto?", dijo el instructor de la policía iraquí Abdel-Karim Hamadi, quien esperaba ser atendido en el hospital.
Mientras caminaba por los pasillos del hospital, un anciano iraquí gritaba: "Esto es lo que se obtiene por trabajar con los estadounidenses. Todos habían sido alertados antes".