Reuters
MANILA, FILIPINAS.- Numerosas personas trabajaban ayer, con sus manos descubiertas y palas, en la búsqueda de amigos y familiares desaparecidos tras deslaves, inundaciones y un tornado, que mataron a numerosas personas en Filipinas durante el fin de semana.
Con el paso de las horas se desvanecían las esperanzas de encontrar a 114 personas supuestamente desaparecidas, y el Gobierno filipino informó que Estados Unidos había ofrecido enviar helicópteros para ayudar en las tareas de rescate dificultadas por las lluvias y los fuertes vientos.
Las autoridades culparon del desastre a la tala ilegal de árboles, que ha dejado desnudas las montañas próximas a lugares donde vivían muchas de las víctimas, en las islas de Leyte y Mindanao.
“La gente está ayudando a cavar en busca de sus propios vecinos”, dijo el oficial de la policía Dionisio Coloma en una entrevista a una emisora de radio, desde la ciudad de Liloan. “La montaña les cayó encima”.
La Oficina de Defensa Civil en Manila dijo que 61 personas habían perdido la vida en los deslaves, inundaciones y un tornado en Leyte y otras 15 habían muerto en Mindanao.
La presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo, dijo a los periodistas que helicópteros estadounidenses Chinook llegarían a los lugares afectados desde las bases norteamericanas en Okinawa, Japón.
“Si están enterrados bajo el barro, entonces habrá pocas esperanzas para ellos”, dijo el oficial de defensa civil Paul Nogra por teléfono.
Soldados y voluntarios civiles participaban en la búsqueda y en las operaciones de rescate en Leyte, pero los fuertes vientos y las lluvias obligaron a dos helicópteros a regresar a sus bases cuando trataban de llegar a las zonas afectadas ayer, dijo el jefe de la defensa civil, Melchor Rosales.
La mayoría de las víctimas se encontraba durmiendo cuando se produjo la avalancha de toneladas de tierra y otros escombros que arrasaron sus casas, explicó un portavoz de la defensa civil en Leyte.
Treinta y tres personas murieron y 65 permanecían desaparecidas como consecuencia de los derrumbes ocasionados por días de fuertes lluvias en la ciudad de San Francisco, en Leyte, comentó la jefa de operaciones de la defensa civil, Olive Lucas.
Otras 27 personas murieron en similares circunstancias en la vecina ciudad de Liloan, mientras que un vecino se ahogó en Maasin, dijo Luces.
Cuarenta y nueve personas estaban desaparecidas tras el paso de un tornado en el municipio de San Ricardo, añadió.