POR CRISTAL BARRIENTOS
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Ambas decidieron sacar adelante a sus hijos solas. Escogieron caminos diferentes aunque tienen en común convivir por lo menos 12 horas tras las rejas. Una es celadora, la otra purga una condena de 54 años en prisión.
María del Refugio Moreno de León está a punto de cumplir dos años trabajando como oficial de custodia penitenciaria y asegura que trata de desempeñar su labor lo mejor posible, pues debe mantener a su hija Karla.
Su trabajo consiste en realizar la revisión de las mujeres que visitan a sus familiares en la prisión. Pero la labor no es una tarea sencilla porque en la mayoría de las ocasiones se molestan por las inspecciones corporales que tiene que hacerles.
?A veces se enojan y nos dicen hasta de lo que nos vamos a morir, pero tratamos de sobrellevarlas, ya cuando de plano no podemos llamamos a los custodios para que nos ayuden?.
Según María del Refugio no ha sido difícil adaptarse a convivir ni con las presas ni con el resto de los custodios. Antes trabajaba como secretaria pero el sueldo no le alcanzaba para sobrevivir, ganaba 600 pesos a la quincena, ahora percibe dos mil pesos en el Centro de Readaptación Social (Cereso).
A decir de la oficial, lo mejor es llevar una buena relación con las presas, cree que el respeto no sólo se gana con un trato rudo o prepotente, también con buenas actitudes y escuchándolas cuando quieran hablar.
?Siempre tratamos de que su estancia no sea tan difícil, la relación con las presas es más llevadera que con los internos. La vida en la cárcel es pesada, muchas terminan por adaptarse y hasta ahora no me he visto en la necesidad de someterlas o portarme rígida con ellas?.
Para María del Refugio sí tiene importancia el Día Internacional de la Mujer, pero asegura que también se pueden aprender muchas cosas de los hombres y considera que en la actualidad el sexo femenino tiene las mismas posibilidades de obtener un buen trabajo.
En un día tan importante para el sexo femenino, tiene un mensaje: ?La que quiere puede y si nos lo proponemos podemos conseguir lo que sea. Ninguna mujer debe permitir el maltrato, nosotras velemos más que los hombres y está demostrado que podemos sacar a nuestros hijos adelante sin la ayuda de nadie?.
Detrás de una reja, también hay derechos
Hace casi ocho años que María Magdalena está presa, pero los barrotes no han sido un impedimento para su crecimiento personal, incluso ahora se valora más a sí misma y sabe de sus derechos como mujer, mismos que dice, si los hubiera conocido antes tal vez nunca hubiera pisado el reclusorio.
María Magdalena López responde sin pensarlo dos veces cuando escucha la pregunta ?¿Sabes qué se celebra el ocho de Marzo?, ?es el Día de Internacional de Mujer?, contesta. Dice conocer el significado de la fecha porque al Cereso han acudido muchas asociaciones y de manera continua les ofrecen cursos de superación.
?Viene gente de afuera y nos dan pláticas acerca de la mujer, por eso he aprendido a valorarme a mí misma, pero sobre todo a querer y a valorar a mi familia?. María Magdalena es madre soltera y tiene tres hijos, sus padres se encargan de cuidarlos y mantenerlos, mientras purga una sentencia de 54 años.
María Magdalena fue encarcelada por asaltar con lujo de violencia en varias ocasiones, los procesos penales se acumularon y por eso recibió una sentencia tan larga, pero tiene fe en que por buen comportamiento pueda salir antes.
Ahora se arrepiente de haber asaltado con lujo de violencia tantas veces, pero dice que la necesidad fue más fuerte y al ver a sus hijos enfermos, además de pasar hambre, optó por el camino equivocado.
Pero de algo sí está segura, si antes hubiera conocido sus derechos como mujer no estaría en prisión, pues entonces hubiera pedido ayuda.
La mayoría de las presas han sido víctimas de la violencia y de abusos, pero en opinión de María Magdalena la culpa la tiene la mujer por no valorarse y quererse a sí misma, además es necesario tener mucha voluntad.
Sólo en prisión María Magdalena fue capaz de valorarse y cambiar de actitud, antes cuando era libre nunca se detuvo a pensar en las consecuencias de abusar de las drogas, del alcohol y convertirse en una delincuente.
Aunque María Magdalena y María del Refugio no son amigas entrañables, tienen algo en común: ambas luchan por tener una vida mejor, una vida desde dentro apoyándose en los grupos de ayuda y otra tratando de realizar lo mejor posible su trabajo.
María Magdalena también tiene un mensaje para las mujeres: ?Quiero que todas las mujeres se la pasen muy bien en su día porque valemos mucho, deben echarle ganas y nunca dejarse vencer por nada, cuando tengan algún tropiezo siempre deben pensar que después de una caída se pueden levantar y seguir adelante?.