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Mujeres llenan de sangre el cine

EFE

San Francisco, EU.- Las feministas todavía no saben cómo interpretar la reciente avalancha de películas como la última de Quentin Tarantino, Kill Bill, en la que las que rebanan cabezas y nadan en sangre son mujeres y no hombres, como era habitual hasta ahora.

En una escena de Kill Bill (Mata a Bill), el filme de Tarantino recién estrenado en EU, la actriz Chiaki Kuriyama, vestida con un traje de colegiala, pregunta a un hombre si quiere tener relaciones sexuales con ella.

Cuando el hombre responde que sí, la actriz lo apuñala y acto seguido le pregunta: ?¿Todavía quieres penetrarme o soy yo la que te ha penetrado a ti??.

Como ocurrió con las anteriores películas de este cineasta, Kill Bill se regodea en la violencia gratuita y los ríos de sangre.

La película narra la historia de una mujer embarazada (Uma Thurman) que se convierte en asesina después de que Bill ordenara a un escuadrón de asesinos, compuesto por Vivica A. Fox, Luci Liu y Daryl Hannah, matar a su marido el día de su boda.

Pero, a diferencia de lo que ocurría en Reservoir Dogs o Abierto Hasta el Amanecer, en esta ocasión son mujeres las que despedazan, siegan cabezas, brazos y piernas en un nivel de brutalidad hasta hace poco reservado al otro sexo.

Este dato no parece molestar a las espectadoras: curiosamente, el 40 por ciento del público que vio la película el fin de semana que se estrenó eran mujeres, según los datos de la productora Miramax.

El filme de Tarantino, el más violento de su carrera cinematográfica, según reconoció el propio realizador, no es el único ejemplo de la dureza de la que últimamente hace gala el sexo femenino en la pantalla.

A Kill Bill le precede Los Ángeles de Charlie, donde Cameron Díaz, Drew Barrymore y Lucy Liu, con su retahíla de explosiones y efectos especiales tipo video-juego, no dejan títere con cabeza.

También en las series televisivas a las mujeres les toca representar ahora papeles de quebrantahuesos, aunque, eso sí, vestidas con el último modelito y sin que se les descoloque ni un pelo: desde la serie de ABC Alias, con la mortífera agente secreta Jennifer Garner, hasta la popular Buffy, la Vampiresa Asesina.

En cuanto a los dibujos animados, las tres diminutas niñas con súper poderes (las Powerpuff Girls) se pelean con todo bicho viviente. Las feministas y estudiosas de la cultura popular divergen a la hora de interpretar esta violencia en la pantalla.

Mientras que para algunas viene a reforzar la imagen de la mujer, mostrando que también tiene dientes y dejando atrás la cara más vulnerable que hasta ahora ha prevalecido en los productos de masas, para otras supone un paso atrás.

Para Martha McCaughey, autora de un libro sobre las mujeres, el cine y la violencia, estas películas representan los cambios en la sociedad, donde las mujeres tienden a acudir en mayor medida a clases de auto-defensa o comprarse armas de fuego y prefieren que se las vea más como agresoras que como víctimas.

Christa McDermott, del Departamento de Estudios de la Mujer de la Universidad de Michigan, recuerda que estos personajes están creados por hombres.

?El mensaje que estos productos lanzan -dice McDermott- es que para tener éxito has de ser como un hombre, actuar de la manera más masculina posible. Lo cual, a fin de cuentas, no hace más que debilitar a la mujer?.

McDermott señala que vende más una lucha entre mujeres desgarrándose la ropa de diseño que entre dos hombres sudorosos, y agrega que, de acuerdo con estas películas, la mayoría de edad no le llega a la mujer hasta que no mata a alguien. Dicho de otra manera: mato, luego existo.

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