Dos elementos femeninos de la Policía Preventiva encarcelaron a dos jóvenes acusadas de resistirse a un arresto y lesionarlas en el dedo anular derecho y el brazo derecho respectivamente. Una de las detenidas “inexplicablemente” fue apale
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Brutalmente golpeada y con signos de tortura provocados por la presión de las esposas, una joven y su hermana fueron encarceladas por dos mujeres policías que argumentaron resistencia al arresto y mínimas lesiones.
También las jóvenes detenidas argumentaron que fueron despojadas injustificadamente de 700 pesos en efectivo, un teléfono celular y joyería diversa. Por su parte, las mujeres policías, ratificaron su denuncia por lesiones ante la agencia del Ministerio Público.
Las inculpadas dijeron llamarse María del Carmen y Érika Martínez Ramírez, ambas de 22 años, quienes en compañía de otras amigas circulaban por las calles de la zona industrial, a las 3:30 horas, cuando fueron abordadas por las uniformadas.
Las dos jóvenes y sus amigos, todos residentes de Torreón, manifestaron que se atrevieron a ir a Gómez Palacio, porque saben que se vende cerveza lícitamente a altas horas de la madrugada y estaban en busca de un local abierto.
María del Carmen presentaba múltiples moretones en diferentes partes del cuerpo y el rostro, indicando que al ser abordada por una de las policías, le preguntó el motivo del requerimiento y como respuesta recibió una bofetada.
Atónitas por la acción, el resto de las acompañantes guardaron silencio mientras que la otra policía “revisaba” a la joven, para “decomisarle” los 700 pesos, el celular y las joyas.
El colmo del exceso fue cuando una de las agentes tomó por la cabeza a María del Carmen y la puso entre sus piernas, mientras que sus colegas empezaron a patearla. La acción obligó a reaccionar a su hermana, quien también recibió un puñetazo en la boca y fue objeto de vejaciones durante su traslado a la cárcel.
Ahora las jóvenes que cometieron el error de buscar cerveza en Gómez Palacio, están en espera de su libertad para denunciar el abuso de autoridad, lesiones y tortura, de la que fueron objeto y que terminó en su encarcelamiento, al reaccionar instintivamente para defenderse con lo único que tenían libre, la boca.