Si usted está en dudas de la precisión de un diagnóstico médico o del tratamiento prescrito, de la naturaleza que sea, siempre es una buena idea obtener una segunda opinión, y en cuanto sea posible, de un especialista. Esto por lo general ocurre cuando su médico le recomienda una cirugía mayor, cuando le diagnostica una enfermedad rara o seria y le ordena muchos exámenes, pesados y caros. Conseguir una segunda opinión cuando se está en dudas es aconsejable también cuando el médico no le hace un diagnóstico preciso después de varias visitas o cuando no le da una explicación satisfactoria para el fracaso de los tratamientos que ha prescrito. También, si el médico le atribuye los síntomas que usted escribe a su imaginación o sus nervios, quizás sea mejor buscar otra opinión, que, el menos confirme que usted es hipocondriaco. Quizás en ningún otro tiempo haya tanta necesidad de buscar una segunda opinión médica como cuando le recomienda su médico una cirugía, sobre todo si ésta puede amenazar su vida, si es un procedimiento radical y extensivo y si se la dibujan como la única alternativa para aliviar sus síntomas. Hay muchos procedimientos quirúrgicos que se pueden evitar y los mismos médicos dicen que se han abusado colosalmente de ellos, entre los que se cuentan las histerectomías y las revascularizaciones del corazón. Cuando le recomiendan una cirugía, es una buena idea tener una segunda opinión de un especialista en medicina interna, que no sea cirujano.