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NUEVO LAREDO, Tamps.- Los principales grupos de narcotraficantes en México han orientado sus esfuerzos a penetrar y corromper a las corporaciones municipales del país, considera un análisis de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales Contra la Delincuencia Organizada (SIEDO).
En la actualidad, si bien no se puede descartar que no exista alguna contaminación en altos niveles empresariales, políticos o policiales, se han podido destruir las alianzas que había cimentado y en las que se apoyaba el narcotráfico, de tal suerte que un gobernador o un jefe de la Agencia Federal de Investigación (AFI) ya no puede garantizar la protección y total impunidad a un grupo criminal como un cártel del narcotráfico.
Por eso, cuando van bajando los niveles de corrupción, los grandes grupos del crimen organizado han optado por dirigir sus esfuerzos para coptar a otro tipo de elementos, como ha sucedido en los últimos tiempos con las policías municipales en el país, tal como se ha visto en Veracruz, Baja California y Tamaulipas”, afirma la SIEDO.
De acuerdo con el análisis de la SIEDO, en las décadas de los 80 y 90, cuando los “cárteles” de las drogas alcanzaron su poderío máximo, “efectivamente tuvieron una gran conexión en altos círculos políticos y como prueba de ello está el caso de Mario Villanueva. Igualmente sucedió con algunos casos de jefes de policías federales y militares, como fue evidente en la desaparecida Policía Judicial Federal con Adrián Carrera Fuentes y los hermanos Patiño y anteriormente con la también desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), como fue en el caso de Rafael Aguilar Guajardo y otros.
Después -según la SIEDO-, a finales de la década de los 90, México comienza a retomar el camino de la aplicación de la ley principalmente con la puesta en marcha de investigaciones para castigar a todo aquel que infrinja la ley, sin importar su posición social o de quien se trate.