La Loma, Durango cuenta con una hacienda en la que se exhiben documentos y fotografías
COMARCA LAGUNERA.- Sus muros y techos fueron el resguardo del “Benemérito de las Américas” en 1864. El amplio comedor, con sus cuatro ventanales hasta el piso, fue testigo de la conformación de la famosa “División del Norte”, y del nombramiento de Francisco Villa como general en jefe.
Luego de atravesar varios cerros y pasar sobre los puentes cuates, esto con la experiencia de sentir “la calor” que azota los últimos días a la Comarca Lagunera, se encuentra un pequeño poblado que, aunque no tiene pavimento, cuenta con un importante museo comunitario.
La Loma, Durango recibe a quienes a su paso desean visitar el Museo de la División del Norte, ubicado en la Hacienda de la Santísima Trinidad de la Labor en España, como se le conocía anteriormente.
En el marco del Día Internacional de los Museos, que se celebra hoy 18 de mayo, este recinto abre sus puertas a los laguneros para contar algunos de los acontecimientos de los que ha sido testigo.
Mientras le saca punta a un lápiz con un cortaplumas, don Beto platica orgulloso que del primero de enero al 31 de diciembre de 2002, este recinto recibió cinco mil 700 visitantes, “de los cuales 135 eran extranjeros”.
El encargado del museo desde 1988 vive junto a la antigua hacienda, lo que le permite darse cuenta de la gente que llega hasta el museo para ir a abrirles la puerta: “no tenemos horario, estamos dispuestos los 365 días del año para quienes nos visiten”, asegura.
El comedor, que se ubica en un cuarto central de la finca, albergó a los generales Juan M. Medina, Tomás Urbina, Calixto Contreras, Maclovio Herrera, Eugenio Aguirre Benavides, Benjamín Yuriar, Juan E. García, Toribio Ortega, José Rodríguez, Blas Flores y Manuel Medina Beilia.
Hombres de confianza de Francisco Villa, se reunieron la mañana del 29 de septiembre de 1913, en punto de las 10:00 horas, para nombrar general en jefe al célebre personaje de la Revolución Mexicana.
“Era muy inteligente Villa, y tuvo la idea de juntar a todos los generales aquí, a lo mejor tomando en cuenta que Cuencamé era granero de revolucionarios. La Loma era un punto estratégico. Tenemos una foto en donde (Villa) está inspeccionando sus trenes para venirse desde Chihuahua hasta aquí; llegó a Bermejillo y de ahí se vino para acá en caballo”, comenta don Beto.
Sin embargo, 49 años atrás ya se había hospedado en esta hacienda otro de los personajes claves en la historia de México: don Benito Juárez. Luego de haber dejado los Archivos de la Nación en la Cueva del Tabaco, el “Benemérito de las Américas” llegó hasta La Loma, antes de dirigirse a Paso del Norte.
Según explica don Beto, originalmente el ex presidente de México “iba a pasar por Mapimí, pero como la situación estaba muy tensa allá, tuvo que pasar por La Loma”.
La finca fue construida en tres etapas, la primera de ellas terminada el cinco de abril de 1821; la segunda en 1839; y la última en 1880. Al parecer siempre fue propiedad de gente de buena voluntad, ya que no tenían mayor problema en ofrecer posada a quienes pasaban por el lugar.
“La palabra del general (Francisco Villa) era ley, y él decía aquí llego y aquí me quedo. Pero también el dueño de ese entonces puso toda la servidumbre a disposición de él”, agrega don Beto.
Desde principios de 1900 a 1921, aproximadamente, la hacienda de La Loma fue propiedad de don José Nepomuceno. Luego pasó a ser propiedad de la familia Necochea. Más tarde la adquirió la Monetaria, una compañía que prestaba dinero a agricultores, quien posteriormente la vendería a Ruiz Hermanos y Sucesores.
Finalmente, esta asociación la vendió a los señores De la Mora Garza y Villarreal y como expresa don Beto, “el señor Juan Villarreal Hoyos, principal accionista de esta finca, no tuvo empacho en ceder lo que era de él, nieto de don Tomás Villarreal que había sido propietario en la década de los 70, quien nos visita todavía y trae a su familia”.
De este modo, fue como ese edificio que tantas veces había albergado a numerosos personajes de la historia nacional, llegaba a la categoría de museo.
Ha mejorado, pero todavía falta
Los techos están llenos de arañas y telarañas. Las paredes muestran cuarteaduras. La parte derecha de la hacienda está casi destruida. Muchas de las habitaciones de ese extremo ya no tienen techo, y están a punto de derrumbarse por completo.
Pero, existe la esperanza de que todo ese encanto que mostró la finca en sus mejores épocas, vuelva a “brillar”, y es que según don Beto el Ayuntamiento de Lerdo planea restaurar esa parte más dañada.
“Parece que tienen unos centavitos disponibles para hacer mejoras a la hacienda, hace rato (mañana del jueves) vinieron unos contratistas para checar las condiciones del inmueble”.
Además, hace algunos meses se rehabilitó la explanada de la hacienda, lugar en el que se planea reubicar los bustos de Benito Juárez y Francisco Villa, que actualmente están montados en otras partes del pequeño poblado.
La colección
Además de su carácter histórico, la importancia del Museo de la División del Norte de La Loma radica en las fotografías y documentos que forman parte de su colección.
Ejemplo de ello es una copia de la carta de renuncia que presentó Porfirio Díaz ante la Cámara de Diputados, fechada el 25 de mayo de 1911. Este documento es uno de los pocos que se exhiben en otros museos.
La segunda sala de exhibiciones cuenta con un guión museográfico estructurado con temas específicos: La Revolución Maderista, Desarrollo Ferroviario, Elecciones, Gobierno de Madero, Gabinete de Madero, Los Colorados y la Contrarrevolución, Lerdo 1913, Villa Bajo las Órdenes de Huerta, El Ocaso del Mártir, Triunfos de la División del Norte, entre otros.
Parte importante de este recuento histórico, es Francisco Villa, de quien se recrea la pequeña choza en la que vivió durante sus primeros años de vida en Chihuahua. Se sigue una cronología desde la conformación de la División del Norte, sus triunfos y derrotas entre los que se señala la Toma de Torreón, hasta la época de “pacificación” que llega con la muerte del gran general, el 20 de julio de 1923 a las 10:00 de la mañana.
No se omite la gran revuelta que causó Villa en los Estados Unidos, en donde se ofrecía una recompensa de cinco mil dólares, a quien proporcionara datos o entregara al general.
En fin, se exhiben toda una serie de fotografías y documentos que relatan una parte importante de la historia nacional, en la que la Comarca Lagunera de Coahuila y de Durango está relacionada directamente.
Quien se hubiera imaginado, que en una antigua finca se resguarden tantas memorias de la época de la Revolución.
Una necesidad del entorno
El museo comunitario es un recinto que tiene una actividad dirigida específicamente al entorno en donde está ubicado. Su misión es la comunidad en la cual está inserta: trabaja para ella y es producto de una necesidad de la misma.
Así lo explica Haydeé Álvarez Ortuño, capacitadora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), quien ofreció el taller Museos Comunitarios en el Icocult Laguna, durante viernes y sábado, en el marco del Día Internacional de los Museos.
La museóloga revela que un museo de esta naturaleza, como es el caso del Museo de la División del Norte en La Loma, surge como una necesidad del entorno. Y precisamente este aspecto es el que marca la diferencia, con respecto a un museo tradicional.
“El contraste con el museo tradicional es básicamente que estamos hablando de un edificio, una colección y un público. Mientras que, en el museo comunitario hablamos de una comunidad, un patrimonio y una población”.
Según los últimos datos que tiene Haydeé, existen 186 museos comunitarios en todo el país, aproximadamente. Son Oaxaca y Zacatecas los Estados que cuentan con una organización formal de estos recintos, lo que se traduce en buenos resultados.
En estos museos se abarca una diversidad de temas: religión, indumentaria, cultura, arte popular, tradiciones, entre otros, apunta la especialista.
La intención del taller que ofreció Haydeé Álvarez fue compartir experiencias con los directores de los museos comunitarios de la región, para motivar y reforzar el trabajo que han estado realizando en cada uno de los recintos de Coahuila y de Durango.