NUEVA YORK, EU.- La octava jornada del Abierto de Estados Unidos que se presentaba como una de las más importantes del torneo al darse en el tradicional "Labor Day", un día de fiesta que los neoyorquinos identifican como el ideal para ver tenis, se convirtió en una pesadilla de aplazamientos que generó la lluvia.
El único partido que se había podido disputar hasta las nueve la noche hora local fue el que ganó por 6-2 y 7-5 la estadounidense Jennifer Capriati, sexta favorita, a la rusa Elena Dementieva, undécima cabeza de serie, en los octavos de final de la competición femenina.
Capriati, que sólo necesitó una hora y 12 minutos para ganar el partido, tuvo que soportar una jornada de espera y aplazamientos de más de ocho horas.
"Ha sido una de las jornadas más frustrantes que me ha tocado vivir como profesional, pero ahora me siento feliz de haber podido terminar el partido estar clasificada para los cuartos", declaró la ex número uno del mundo.
Capriati no jugó su mejor tenis, pero consiguió el objetivo de superar la cuarta ronda ante una rival que pegó muy fuerte a la pelota, pero que no supo aprovechar la oportunidad de tener una ventaja de 5-4 y saque en el segundo set.
Dementieva, la undécima preclasificada, al igual que Capriati sintió los efectos de las interrupciones, que prolongó el partido hasta cinco horas.
"Es difícil concentrarse en estas condiciones", dijo Capriati después de la segunda interrupción. "Sólo espero que no tengamos que esperar todo el día".
Su deseo no se cumplió, pero sí le tocó esperar varias horas más antes de poder conseguir el triunfo y clasificarse a los cuartos de final.
El comienzo del duelo de ayer fue retrasado durante más de dos horas y media para que luego Capriati y Dementieva jugaran durante 13 minutos, y la estadounidense se puso arriba 4-0, antes de una pausa de cuatro horas y media.
Jugaron después otros 36 minutos, hasta que la lluvia obligó a que el juez principal detuviera las acciones, ante el abucheo de miles de espectadores, para reanudarse más tarde hasta que después de cinco horas se dio el resultado final.
La preclasificada número 29, la italiana Francesca Schiavone, ganó el primer juego ante la decimoquinta cabeza de serie, la japonesa Ai Sugiyama, pero después de apenas seis minutos de acción, ambas tenistas debieron abandonar la cancha con el comienzo de la lluvia.
Para las 22:00 hora local ( 2:00 GMT) los organizadores habían decidido posponer para hoy martes los cuatro partidos de octavos de final de individuales masculinos.
Entre los que estaba el duelo estadounidense entre el cabeza de serie número uno Andre Agassi y Taylor Dent, verdugo del chileno Fernando González.
Tampoco se pudieron jugar los partidos entre el español Juan Carlos Ferrero, tercer cabeza de serie, contra el estadounidense Todd Martin; el argentino Guillermo Coria, quinto, ante el sueco Jonas Bjorkman y el australiano Lleyton Hewitt (seis) contra el tailandés Paradorn Srichaphan (11).
Los ganadores de esos partidos se enfrentarán entre sí para disputar los cuartos de final.
Mientras, que el suizo Roger Federer salió a la pista central Arthur Ashe Stadium y le pegó con su raqueta a varias pelotas para enviarla hacia algunos aficionados que soportaban estoicos en las gradas la lluvia, bajo paraguas, sombreros e impermeables.
El suizo, campeón de Wimbledon, apuntó hacia algunas secciones de la tribuna y colocó sus disparos ahí, con la precisión que suele mostrar en los partidos y ante la felicidad de los aficionados afortunados de capturar las pelotas.
Desafortunadamente para los aficionados, que habían llegado para disfrutar de una gran jornada de tenis esa fue la única acción de interés que pudieron vivir durante la lluviosa jornada de ayer en el Abierto de Estados Unidos, que ya pasó a la historia por la decepción que generó entre el público y los jugadores.