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MÉXICO, DF.- A diez años de existencia del Instituto Nacional de Migración (INM), el reto es avanzar en su modernización, ofrecer mejor servicio y fortalecer la cultura de respeto a los derechos humanos de los migrantes que viven o transitan en México.
En entrevista, la comisionada del INM, Magdalena Carral Cuevas, expresó que la misión del organismo es facilitar los flujos migratorios, así como ejercer los controles que marca la ley para salvaguardar las fronteras del territorio nacional con estricto apego a los derechos humanos de los migrantes.
Destacó que el presidente Vicente Fox y el secretario de Gobernación han insistido en que México debe ser congruente para pedir a los países del norte lo mismo que aquí se ofrece a los del sur, que debe ser, ante todo, trato digno a los migrantes, pues de los casi 130 mil indocumentados detenidos en nuestro territorio, 90 por ciento son de Centroamérica.
Indicó que para festejar los diez años de vida del organismo, que se cumplen este domingo, se realizarán diversas actividades del 20 al 24 de octubre, a fin de dar a conocer su trayectoria y la importancia de sus funciones.
Entre las actividades destacan la entrega de más de 100 declaratorias de inmigrados, de las que el secretario de Gobernación, Santiago Creel, dará 11 de manera simbólica en una ceremonia el 20 de octubre, así como una exposición fotográfica, un seminario sobre extranjeros en México y la proyección de diversas cintas relacionadas con la migración.
Agregó que un aniversario también invita a la reflexión, para buscar que el considerable recurso económico y esfuerzo humano que se han invertido para su modernización y mejor funcionamiento sigan adelante y se pueda contar en tiempo real con los informes de las actividades que se realizan, para dar mayor transparencia en el servicio.
En breve se pondrá en marcha un sistema automatizado para tener mayor control sobre el flujo de migrantes, ya que en la actualidad, el documentado es en promedio de 16 millones de entradas y salidas en los 172 puntos nacionales en los que el INM tiene presencia, además de que cada año se atienden al menos 500 trámites de distinta naturaleza.
“Con los nuevos sistemas, vamos a saber quién llega, quién sale, quién hace un trámite, en qué delegación, con qué funcionario, y el nivel de detalle que vamos a tener en esta información nos va a permitir, por un lado, acotar la discrecionalidad en los trámites, lo cual va a incidir en menor corrupción y, por otro, proporcionar mejor servicio”, precisó.
Carral Cuevas detalló que la prioridad ha sido que en las 45 estaciones migratorias del país, desde la más pequeña hasta la de mayor capacidad, como la ubicada en Iztapalapa, que puede recibir hasta 500 personas, cuenten con lo mínimo necesario para que los migrantes permanezcan con dignidad, que es lo que México pide para nuestros connacionales en Estados Unidos.
Comentó que el año pasado se adquirió un predio de 30 mil metros en Tapachula, Chiapas, para construir una nueva estación migratoria, que se busca que sea una instalación modelo, pues el actual edificio no tiene capacidad suficiente para recibir a todos los migrantes detenidos en esa zona.
Una estación migratoria modelo, explicó, debe tener áreas separadas para hombres y mujeres, una zona familiar, oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), como en la de Iztapalapa, para que el personal de ese organismo pueda platicar con los migrantes y conocer directamente el trato que reciben.
Otro punto fundamental en las acciones que lleva a cabo el INM es la capacitación a los agentes migratorios para que conozcan el fenómeno migratorio y el valor de respetar los derechos humanos, porque lo único que buscan esas personas es mejorar su calidad de vida.
La capacitación del personal es un proceso que ha estado presente en los 10 años de existencia del INM, así como el mejoramiento de sus programas, entre los que se encuentran el “Paisano”, y las acciones que desarrollan los grupos Beta para dar un trato digno a los migrantes mexicanos en su propio país.
Carral Cuevas puntualizó que los cambios en el Instituto son a fondo, porque no se buscan victorias aparentes ni éxitos pasajeros, y para que se alcancen logros, exhortó al personal a redoblar esfuerzos, así como a trabajar con honestidad y vocación de servicio.
Dijo que la celebración de la primera década del INM es un buen momento para que todos los que prestan ahí sus servicios renueven el compromiso de dar lo mejor de sí mismos y no sean sólo funcionarios que van y vienen, sino que hagan suyos los cambios que ya están en marcha.