EL PAÍS
BOSCO ESTERUELAS, Bruselas.-Estados Unidos ha perfilado ya el futuro militar en Iraq . El presidente George W. Bush quiere que la OTAN desempeñe de una vez por todas un papel protagonista como fuerza de mantenimiento de paz y que lo haga antes de las elecciones norteamericanas para aliviar la pesada carga de sus tropas y evitar un fracaso en las urnas del actual inquilino de la Casa Blanca. Su secretario de Estado, Colin Powell, urgió ayer en Bruselas a sus colegas aliados a que la organización atlántica tenga una función más directa: “No he encontrado ni una sola voz contraria, incluida Francia y Alemania”.
La idea no es nueva. Ya la formuló con gran detalle en diciembre del año pasado el número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, pero encontró la oposición especialmente de Francia, Alemania y Bélgica antes de la guerra. Washington cree que en esta ocasión las circunstancias son distintas, percibe más receptividad, al admitir que su política en Iraq no ha tenido el éxito esperado y acepta un proceso bendecido por Naciones Unidas.
No hay calendario y dependerá en gran parte de la evolución de los acontecimientos, y sobre todo del éxito del futuro gobierno iraquí en junio próximo, según Powell. Sin embargo, el enviado de Bush logró de la reunión ministerial de ayer bastante más de lo que preveía. En el comunicado final se habla de examinar en los próximos meses la contribución atlántica a los esfuerzos de estabilizar el país. “El tema será abordado con más profundidad en junio del año que viene, en la cumbre de la OTAN en Estambul”, declaró el secretario general, George Robertson, que abandona el cargo a mediados de diciembre.
Las opciones son diversas y escalonadas. La OTAN podría comenzar quizás relevando a la división multinacional que Polonia lidera en el centro-sur y en la que está también España. Varsovia, que cuenta desde mayo con el apoyo logístico de la Alianza Atlántica, ha dejado saber que desea retirar sus tropas no más tarde de agosto próximo. “Pero las opciones podrían ser mucho más amplias”, manifestó Powell en rueda de prensa.
El secretario de Estado prefirió que otros aliados de la coalición militar internacional en Iraq abanderaran antes que él mismo la cuestión. Y el más solícito fue el italiano Franco Frattini, al igual que la española Ana Palacio y el polaco Wlodzimierz Cimoszewicz. “Considero que sería una idea sensata que la OTAN se implicara más”, dijo este último. También estuvieron en esa línea, entre otros, Holanda y Dinamarca.
Francia, Alemania y Bélgica, los tres socios más apartados de las tesis de Washington, prefirieron la cautela. El belga Louis Michel afirmó que su país no tiene previsto contribuir con soldados. “No creo que se den las condiciones. Hace falta una definición más clara del papel de la ONU y de la situación política interna”, sentenció en una rueda de prensa tras la reunión.
Franceses y alemanes subrayaron que ahora no es esa la prioridad, sino la reconstrucción del país y la devolución real del poder a los iraquíes. Tanto París como Berlín sostienen que la OTAN tiene antes que hacer bien los deberes en la ISAF, la fuerza multinacional de paz en Afganistán que comanda desde agosto último. Se trata de la primera misión en la historia de la organización fuera de su área geoestratégica. Y no es fácil ante las enormes dificultades que supone cumplir el nuevo compromiso de extender la vigilancia fuera de Kabul. Los gritos del general James Jones, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, pidiendo más medios, empezando por helicópteros, al final parece que han sido atendidos. Aunque de forma modesta, lo cual cuestiona los grandes retos que la Alianza pretende afrontar. El ministro francés Dominique de Villepin cifró ayer en otros 10,000 efectivos que añadir a los más de 5,000 que hay actualmente, sobre todo si las norteamericanos se retiran del resto del país como es el deseo del Pentágono.