18 octubre 2003
Bruselas, (EFE).- La verdadera negociación de un nuevo reparto de poder en la Unión ampliada ha quedado abierta tras la cumbre celebrada ayer en Bruselas, que ha puesto de relieve todavía grandes divergencias entre los gobiernos de la UE.
El presidente de turno de la Unión Europea, el italiano Silvio Berlusconi, dio hoy por cerrada la fase de escucha en la Conferencia intergubernamental (CIG) y anunció que comenzará a trabajar a partir de ahora en una propuesta global de compromiso.
El primer ministro italiano dejó claro, no obstante, que su oferta no supondrá una "rebaja" respecto a los avances logrados por la Convención, que durante año y medio debatió de forma transparente y democrática el primer proyecto de Constitución común para Europa.
Las discusiones entre los jefes de gobierno revelaron, no obstante, que la Convención presidida por Valery Giscard D'Estaing cerró en falso dos de los capítulos más delicados del "paquete" institucional.
El primero se refiere a la composición y tamaño de la Comisión Europea, la institución motora de la Europa unida que desde Bruselas impulsa la legislación comunitaria y defiende el interés general.
Frente a la idea introducida por la Convención de un colegio restringido de 15 "comisarios europeos", incluidos su presidente y vicepresidente, con derecho a voto, y una serie de "comisarios" a secas sin capacidad para votar, la inmensa mayoría de los estados "pequeños", con Austria a la cabeza, exigieron la vuelta al principio de "un comisario por país" sin distinciones.
El segundo gran escollo identificado claramente por la Presidencia italiana atañe a la definición de la "mayoría cualificada" en las votaciones dentro del Consejo de ministros, la institución decisoria de la UE.
España y Polonia rechazan en solitario el nuevo método de la "doble mayoría" y prefieren conservar la "reponderación" de votos establecida en el Tratado de Niza, que les atribuyó un peso en el Consejo muy cercano al de los cuatro "grandes" (Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido).
En esta sesión de la CIG en Bruselas se percibió, sin embargo, una diferencia de acento entre españoles y polacos.
Mientras que el presidente del Gobierno español, José María Aznar, se declaró dispuesto a estudiar "cualquier oferta" que preserve "los equilibrios" fundamentales de Niza, su homólogo polaco, Leszek Miller, descartó cualquier solución que no sea la ponderación de Niza.
Berlusconi mantendrá próximamente entrevistas con ambos y con otros dirigentes, en una serie de "confesionarios" que debería abrir el camino a la propuesta de noviembre en la que jugará sin duda con todos los ingredientes a su alcance: votos, comisarios, escaños en el Parlamento, umbral de población y extensión del ámbito de decisiones por mayoría.
En víspera de esta nueva batalla por el poder, los líderes aprovecharon la cita de Bruselas para poner una nota de confianza en el futuro de la economía.
Desde hace unos años, las reformas económicas son tema monográfico de la cumbre de primavera, pero la Presidencia italiana no ha querido perder esta oportunidad para apuntalar, psicológicamente, la incipiente recuperación.
El Consejo Europeo ha respaldado la llamada "iniciativa de crecimiento", esto es, un ambicioso plan de inversiones multimillonarias en grandes proyectos de infraestructuras de interés común en los ámbitos del transporte, la energía, las telecomunicaciones, y proyectos de investigación e innovación, no sin antes eliminar todos sus ribetes "keynesianos".
Así, las conclusiones del Consejo Europeo advierten de que la "iniciativa de crecimiento" deberá ser compatible con el Pacto de estabilidad del euro, que fija un límite estricto del 3% del PIB para los déficit públicos nacionales.
La pelea se producirá en diciembre cuando los Quince tengan que decidir a qué proyectos concretos y con qué porcentaje de dinero europeo se destinarán los primeros fondos.
Los gobernantes europeos dieron, por último, una señal de su disposición a olvidar viejas fracturas, al saludar la aprobación por el Consejo de Seguridad de la ONU de una nueva resolución sobre el futuro de Irak y comprometerse a buscar el éxito de la Conferencia de Donantes para este país que se celebrará en Madrid la semana próxima.