Hay dos negocios redondos, los más productivos en México y sin riesgos, uno es la religión y el otro es la política, los primeros con iglesias y corrientes religiosas por doquier, la segunda el gran número de partidos políticos y familias enteras que viven del dinero de nuestros impuestos, en la política a la mexicana hay oscuros intereses, el tráfico de influencias y el nepotismo que aunque son de diferentes nombres corren paralelos en la corrupción endémica desde el nivel nacional hasta el municipal.
A la clásica costumbre priista, la administración panista que manda en el municipio de Torreón forma un caos y arma su tramoya en los primeros cuadros de la ciudad con la proximidad del primer informe, ¿por qué hasta ahora principiar las labores en los diferentes bulevares, calles y avenidas?, sencillo, para demostrar en alguna megapantalla rentada a la hora del informe, que el edil está cumpliendo, proyectando los avances o, dando cifras de lo ejecutado.
Las obras siempre serán bienvenidas para los ciudadanos, sólo que a nuestros representantes les fascina ser los protagonistas de las películas, importándoles poco o nada lo que piensen sus gobernados que son el motivo de que ahora ocupen el cargo. Nos parece imposible sacudirnos dos lastres que como tatuaje y sello nos heredó el PRI durante más de siete décadas, el nepotismo, al tener parientes de funcionarios como ejecutores de obras y proveedores de servicios. Otro sello hereditario, cuando se llega a un puesto llenarse de soberbia, como si éstos fueran eternos.
En fin el caos está presente, las arterias a reventar, la anarquía dominando el primer y el segundo cuadro comercial, el alcoholismo en todo su apogeo, los camiones y taxistas pasándose por el arco del triunfo el Estado de Derecho, mientras las calles de la periferia de Torreón peor que las de Bagdad después de un bombardeo.
¿EN FRANCISCO I. MADERO QUIÉN GOBIERNA?
El alcalde José L. Marrufo sufre los estragos propios de la inoperancia y nepotismo para gobernar el municipio, lleno de vicios y desempleo, sus hijos son los proveedores, su gasolinera surte a los vehículos municipales, su hotel de cinco estrellas cobra cuentas al municipio, pleitos entre grupos de taxistas y tianguistas, el alcoholismo garante hace estragos en los ejidos, total, sigue el rosario de penurias de los ciudadanos donde lo único que no existen son obras, lo peor no se vislumbra esperanza alguna.
MATAMOROS, ESTATISMO PERFECTO
Por años los matamorenses vivieron en armonía y concordancia, claro, sin soslayar los hechos delictivos y tontas venganzas de familias, a los que la sociedad en sí fue ajena, los presidentes municipales eran gente del pueblo y entre malos y menos peores no pasaba de ahí. El agua de las norias matamorenses, ese líquido que quien la probaba o se daba un baño en ella quedaba maravillado, hasta su temperatura tibia era inigualable... ¡PERO!, ese maldito pero que nunca falta aunado a la voracidad de los que se dicen salvadores del pueblo, pronto vistieron de gris el panorama.
Deuda impagable es ahora la que tiene Simas, con el agua de mala calidad que brinda ¿pero por qué?, primero están los intereses de unos cuantos y después los del pueblo y por último lo poco que le puede importar la salud a las autoridades, es sólo un inextricable e ignominioso colofón.
Pues resulta que el agua del subsuelo sigue siendo buena, es decir potable y regulada con cloro aún mejor para tomar y todos los quehaceres domésticos, la prueba es que la que se vende en garrafones (en Matamoros) de diferentes marcas es de las mismas norias que existen en el cuadro de Matamoros. Desde Chuy Massu (ex gerente de Simas Matamoros) ya existía un adeudo de arrastre de más de dos millones de pesos, cuando Daniel Garibay la deuda creció, inclusive ahora que Jacobo “Chito” Vega, la recibió con un adeudo sólo a la CFE más de $800,000 (ochocientos mil pesillos) y juntando otros adeudos suman más de dos millones, sin embargo lo que nunca ha quedado claro es el “Plan Maestro”, ese proyecto realizado de traer el agua de unas norias de por el rumbo del cerro de Las Noas, agua fea con sabor a fierro o cobre y rodada en tubos de asbesto y con un costo de más de 21 millones, sólo los coyotes se llevaron seis melones. El agua, es y como está la cosa, un gran negocio con futuro. Lo raro del caso aquí es como aseguran algunos estudiosos en la materia, que en Torreón el agua no tiene arsénico ni metales pesados.
El basurero municipal otro negocio y donde en poco tiempo sus “silos” están hasta el tope por lo que en breve tendrá PASA que buscar otro lugar o comprar más terreno para seguir con su bonito negocio, lo que convierte a Matamoros en el solar trasero de Torreón.
Los rastros clandestinos y el reparto indiscriminado de la carne no sólo para el municipio de Matamoros, Viesca y Torreón sino hasta Zacatecas, es otro problema de salud y que representa un buen negocio para las autoridades tanto sanitarias como municipales, con el alcoholismo y permisos para vender cerveza y hacer bailongos, so pretexto de crear comités de obras en cada ejido. Lejos de erradicarlo va en aumento. Tiempo de informes, de subir al tinglado, recitar los discursos reciclados; al pueblo PAN, PRI y circo.
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