Wellington, Nueva Zelanda (Agencias).- Dos días antes de la boda de su nieta, falleció Johannes Fransen pero eso no le impidió asistir a la ceremonia en la iglesia, rígidamente acostado en un ataúd abierto. Fransen, murió la semana pasada mientras celebraba sus 79 años de vida, era jardinero y padre de 12 hijos.
Según Nancy James, madre de Rachel, la familia decidió que el difunto asistiera a la boda de su nieta Rachel James, que se realizó dos días después de su muerte.
Durante la recepción que siguió a la ceremonia religiosa el ataúd, con Fransen en su interior, fue colocado al final del salón. “El estaba allí ... y la gente iba a verlo”, dijo Nancy James. “Eso ayudó a todos, incluida mamá, que quería asistir a la boda con papá”.
Fransen fue finalmente enterrado ayer en Hamilton, a 530 kilómetros al noreste de la capital, Wellington. Le sobreviven su esposa, Dora, 12 niños, 54 nietos y cuatro tataranietos.