Agencias
LOS ÁNGELES, EU - Nick Nolte decidió hace años que ante la prensa la mejor manera de abordar su vida personal era mentir.
Sin embargo, no había nada oculto cuando se le arrestó ?aturdido e incoherente? en septiembre por conducir erráticamente bajo el efecto de drogas y alcohol por la costa de Malibú cuando apareció todo desgreñado en los periódicos por todo el mundo.
Hay algo refrescante en la fatiga mundana que tiene Nolte en estos días, su justa introspección, su lucha por lidiar con ?la vida real?, su impaciencia con practicar el juego de Hollywood.
?Siempre dije que tenía problemas de abuso de sustancias (psicotrópicas). Es algo con lo que uno tiene que lidiar, lo cuida y lo mantiene bajo control?, expresó.
?De vez en cuando, uno pierde. Ya vieron mis fotografías. No hay nada oculto ahí?, dijo irónicamente el actor de voz áspera.
Nolte se inscribió inmediatamente en un centro de rehabilitación tras su arresto, que terminó con una petición de no impugnación por conducir ebrio y bajo los efectos de drogas, tres años de libertad condicional y una orden para asistir a clases sobre los efectos de conducir en estado de ebriedad.
Nolte pasó 28 días en una clínica, ?donde uno se vuelve muy humilde y aprende a lavar su ropa interior?.
?Ahora, el truco de la sobriedad es no recaer. Se trata de estar vigilante, es como tener una enfermedad. Si uno tuviera cáncer en la piel y se lo cauterizaran, uno lo lavaría y limpiaría diario?, dijo en una entrevista el nominado para el Oscar en dos ocasiones.
Hombre cambiado
A los seis meses, Nolte se ve como un hombre cambiado. El pelo de loco de la famosa foto de la policía ahora está corto, la camisa hawaiana fue remplazada por una camisa oscura y un elegante abrigo de piel negra.
Nolte da un sorbo ávidamente a una taza de café, pide permiso para fumar y refleja que un actor ?realmente no tiene otra opción que interpretarse a sí mismo?.
El personaje, Bob, en su película más reciente, ?The Good Thief? (El Buen Ladrón), que se estrena en Estados Unidos el viernes, se acerca mucho a la personalidad del actor.
Nolte encarna a un perdedor adorable y romántico, que bebe, juega al azar y se inyecta heroína, en la zona de penumbra del submundo de Niza, antes de participar en un último asalto a un casino que podría rescatar su fortuna maltrecha.
Un día, Katharine Hepburn le dijo que era un ?desconsiderado y tonto que se emborrachaba en todas partes?.
?He vivido esa vida. Aparte de la heroína (...). Así que hay un poco de Bob, un poco de mí. Ambos nos estamos haciendo viejos y tenemos un poco de problema para funcionar?, dijo Nolte.
La carrera de Nolte, de 25 años, ha logrado jugosas recaudaciones de taquilla en películas de suspenso como ?The Deep? y comedias como ?Down and Out in Beverly Hills? hasta el filme romántico ?El príncipe de las mareas? y ?Lorenzo?s Oil?.
Relator de cuentos
Sin embargo, en los últimos diez años Nolte se ha alejado de las grandes realizaciones de Hollywood para optar por películas independientes y de menos presupuesto que encajan mejor con sus preocupaciones.
?Tengo, eh, 62 años (...) creo. He mentido por tantos años.
Siempre me he brincado la edad. Cuando tenía 40, dije que tenía 50, pero ahora que tengo 60 no quiero tratar de brincarme a los 70?, se rió.
?Así que me siento atraído por los filmes que abordan por lo que mi psiquis está atravesando (...), no las grandes películas de estudio que se dirigen a un público particular de 12 ó 14. No puedo aceptar eso?, agregó.
Nolte dice que la actuación le da más placer ahora que cuando alcanzó la fama en la miniserie de televisión de 1976, ?Hombre rico, hombre pobre? y avanzó para convertirse en uno de los hombres más conocidos de Hollywood.
Asimismo, se convirtió en alguien notable para relatar cuentos: Que tenía 15 años cuando aprendió a leer, que su primera (de tres) esposa era una trapecista en un circo, y que vivió en un prostíbulo mexicano.
La vida real, al igual que la fama, es algo con lo que el actor tiene problema.
?No soy un fan de la vida real. La vida real se rige por reglas extrañas que son muy curiosas (...). Soy tímido, así que se me dificulta la socialización. No me siento cómodo con mucha gente?, expresó.
?Cuando uno tiene éxito, el éxito lo eleva a otro plano y luego nos ponen mucho dinero en la mesa, diciendo ?haz lo mismo otra vez?. Y pensé, no puedo hacerlo?, indicó.
Nolte comparte una afinidad por las apuestas en el juego y el póker con su personaje Bob, de ?Good Thief?, quien goza finalmente de un golpe de suerte que lo conduce a la redención de su persona.
Sin embargo, para Nolte el mayor juego de apuestas es la vida misma.
?En cuanto a ganar en la vida, sobrevivir y hacer lo mejor que uno pueda (...), todos tenemos triunfos y todos tenemos fracasos?, apuntó.