Chicago (EEUU), (EFE).- Un niño de origen coreano-japonés ha iniciado su primer año de estudios en la Universidad de Chicago, de donde podría graduarse como el médico más joven de la historia.
Sho Yano, tiene sólo 12 años, un coeficiente intelectual de más de 200 puntos, y recién terminó tres años de estudio en la Universidad de Loyola, de donde se graduó "suma cum laude".
Pero el muchacho, quien tiene un conejo como mascota, discute con su hermana Sayuri, de 7 años, y dice no sentirse especialmente atraído por los libros de Harry Potter, y afirmó en un reportaje de la cadena de televisión CNN que no es "un prodigio" ni "un genio", como lo han calificado algunos medios de información.
Después de haber pasado el verano estudiando y tras lograr las más latas calificaciones en las pruebas iniciales de su primer año, Sho afirma que su mayor interés es ser un buen médico, algo que podría conseguir cuando cumpla 19 años.
"Hay mucho que aprender", señala cuando se dispone a hincarle el diente a uno de sus gruesos libros de medicina.
Nacido en Portland, en el estado de Oregon, Sho vive en un complejo universitario con su madre, que llegó de Corea del Sur para estudiar historia del arte y su hermana Sayuri, quien ya ha anunciado que proyecta ser cardióloga.
Su padre, de origen japonés, administra la subsidiaria de una empresa naviera.
Para su profesor de patología, Tony Montag, Sho no se diferencia de otros alumnos que participan en su clase de histología, aunque aclara que "para mí todos son niños".
Y para Luka Pocivavsek, un compañero de 22 años, Sho ha demostrado que puede ser capaz de soportar los rigores iniciales y característicos de los primeros meses de estudios de medicina.
"Ha superado mis expectativas. Su timidez inicial ha dado paso a una personalidad muy sociable. Y su comprensión de problemas complejos, políticos y sociales, es muy profunda", manifestó.