Un sujeto de apenas 16 años convence a tres menores de que hurten llaves de una Windstar para venderla y viajar a EU
TORREÓN, COAH.- Cuando pensaban que habían evadido la acción de la justicia, tres menores y un sujeto fueron detenidos la madrugada del domingo por agentes de Seguridad Pública, a bordo de un vehículo reportado como robado en Guanajuato, Gto. Pensaban venderlo para que el mayor de ellos se fuera a Estados Unidos.
Gerardo Ávila Chávez, de 16 años de edad, con domicilio en esta ciudad en calle De los Sarapes No. 198 de la colonia Villas La Merced; Érick N., de nueve años; Luis Gerardo N., de 13 años y Néstor Jesús N., de 14, los tres originarios y residentes de Guanajuato, Gto., fueron detectados en las inmediaciones de la mencionada colonia cuando dormían luego del largo viaje que hicieron desde esa ciudad.
Los cuatro se hallaban a bordo de la camioneta Ford Windstar, color gris plata, modelo 2001, placas GHK-6967 del Estado de Guanajuato, que estaba estacionada en la confluencia de las calles De los Sarapes y Del Bosque de la colonia Villas La Merced. Esperaban a que el hermano de Gerardo, José Luis Chávez, despertara para que les diera posada.
El robo
Aprovechando la ingenuidad de los infantes, Gerardo logró convencer a Luis Gerardo para que sustrajera las llaves del domicilio de Salvador Ayala Ortega, dueño del restaurante donde trabajaba el primero.
La idea fue que en la vivienda se apoderara de las llaves de la camioneta que venderían para que Gerardo pudiera irse a Estados Unidos a trabajar.
Una vez logrado su objetivo, los cuatro emprendieron el camino rumbo al norte del país, ya que el autor intelectual del robo tiene familiares en esta ciudad y presumiblemente le ayudarían a deshacerse de la camioneta.
La travesía
Ya a bordo del vehículo, los aprendices de ladrones salieron de Guanajuato a las 19:00 horas del jueves anterior, enfilando por la carretera libre hacia esta ciudad.
Con mil 400 pesos en la bolsa, Gerardo sufragó los gastos del viaje en cuanto a combustible y alimentos, haciendo paradas en varios autoservicios para comprar lo necesario para comer, consistente en frituras, refrescos, tortillas, queso y pan de azúcar.
A su llegada a Torreón, ya no traían dinero, por lo que decidieron llegar con el hermano de Gerardo para ver si él los ayudaba a vender la unidad automotriz, pero fueron sorprendidos por agentes de Seguridad Pública a bordo de la unidad 35345, cuando estaban dormidos.
Desintegración familiar
Los padres tanto de Érick, como de Luis Gerardo y Néstor Jesús, se hallan en Estados Unidos desde hace varios años y hasta la fecha no tienen noticias de progenitores. El segundo de ellos dijo que está divorciado de su madre.
El más pequeño de los tres, Érick, aseguró que cursaba el cuarto año de primaria en una escuela pública de Guanajuato, de la que no recordó su nombre.
Por su parte, Luis Gerardo señaló que está en primero de secundaria, mientras que Néstor Jesús dijo que “trabaja” como guía de turistas y desde hace tiempo no va a la escuela.
Todos ellos se la viven en la calle ante la pérdida de los valores morales y la falta de alguien que les enseñe el buen camino.
Ahora, los tres infantes se hallan en la Unidad de Prevención y Tratamiento para Menores, de donde pasarán al Tribunal Juvenil por el delito que les resulte, mientras que Gerardo quedó a disposición del Ministerio Público.
“Mordidas” necesarias
El autor intelectual del latrocinio no recuerda en qué Estado fueron detenidos por un retén militar, donde revisaron la camioneta, pero como no acreditaron su propiedad, Gerardo Ávila Chávez les dio la cantidad de 500 pesos para que los dejaran ir.
Kilómetros más adelante, a la salida de Saltillo, fueron detenidos de nueva cuenta por elementos de la Policía Federal de Caminos, ya que circulaban con exceso de velocidad.
Como Gerardo carece de licencia, tuvo que darle 350 pesos al agente y de esta forma es como llegaron hasta Torreón, donde finalmente quedaron a disposición de las autoridades competentes.