SALTILLO, Coah.- No es posible dejar de cobrar las cuotas de recuperación del servicio médico de la Sección 38 del SNTE, porque de ser así en menos de un año se iría a la quiebra. Ni tampoco es viable bajar de manera significativa los cobros por esta prestación, ya que se llegaría a los niveles de ineficiencia y de carencias como sucede en el IMSS o el ISSSTE.
Así lo consideró el director general del Servicio Médico de la Sección 38 del magisterio, Higinio Leonel Hinojosa, en conferencia de prensa, donde informó que ya se llegó a una serie de acuerdos con los maestros jubilados de Torreón, sobre la prestación del servicio médico a quienes se les aclaró diversas dudas.
Dijo que desde el año 2000, luego de un proceso de revisión, el servicio médico opera con números negros pese a que cuenta con un rezago de cuentas por cobrar de aproximadamente 25 millones de pesos.
Destacó que este servicio atiende a más de 33 mil derecho habientes, a los cuales pertenecen los más de mil maestros jubilados de La Laguna.
Reveló que en 2002 los ingresos por concepto de servicio médico fueron de 292 millones de pesos, por egresos de 279 millones de pesos.
En torno a las quejas de los maestros jubilados de Torreón, de las que EL SIGLO informó ampliamente, dijo que no hay ninguna suspensión del servicio “ni para los jubilados ni para nadie”.
Sobre la supuesta clausura del área de rayos X en la clínica de Torreón, indicó que sólo fue una visita de inspección de personal de la Secretaría de Salud para hacer una serie de recomendaciones sobre el equipo de rayos X. “Nosotros fuimos mas allá: compramos un aparato nuevo, que esperamos nos llegué en menos de quince días”.
En cuanto a que hace falta ropa de cama en la citada clínica, según los quejosos, aclaró que de manera continua la dirección a su cargo hace compras de estos artículos a fin de no llegar a niveles de desabasto y que probablemente la denuncia se basó en un caso particular. “Ya les pedimos personalmente a los compañeros jubilados que nos informen con precisión de las anomalías o fallas que observen, que nos indiquen fecha, hora, qué fue lo sucedido y de ser posible el nombre y cargo de la persona responsable”.
Respecto al abastecimiento y precio de las medicinas, explicó que el trabajador adquiere los medicamentos a un precio del 10 por ciento de su valor, aunque obviamente el servicio médico esta en desventaja frente a los descuentos que ofrecen las grandes cadenas de farmacias.
“También se nos hacía la observación de que las vitaminas no tenían descuento, pero en realidad al trabajador le cuestan al 50 por ciento de su valor real, porque no podemos rebajarlas más dado que no son consideradas como medicinas del cuadro básico, sino que se clasifican como complemento alimenticio”, expresó.
Rechazó categórico que se pretende obligar a los derechohabientes, incluyendo a los jubilados, en adquirir el seguro de gastos médicos que ofrece la Sección 38 como una alternativa, la que consiste en una aportación de 200 pesos quincenales por parte del trabajador para tener derecho a hospitalización y a intervenciones quirúrgicas sin costo alguno.
Aclaró que este seguro es voluntario, y que hasta el momento han respondido 3 mil 650 derechohabientes en el año que tiene de promoción, pero que para el 2004 se espera llegar a la cifra de 10 mil afiliados al seguro.
Con relación a la petición de los jubilados de que el servicio médico sea gratuito, dijo que esto no es viable porque entonces bajaría la calidad del servicio. “Nada más volteemos a ver cómo funcionan los servicios médicos en el IMSS y en el ISSSTE donde todo es gratuito, y las carencias que sufren”.
Dijo que en 1960 se concibió en Coahuila un servicio médico mediante un sistema llamado inglés, el cual consiste en que su financiamiento quede repartido entre el derechohabiente y la propia institución de seguridad social.
“Este sistema nos ha funcionado durante 43 años, y además de un buen servicio nos ha permitido un equilibrio entre los ingresos y egresos, y que a la fecha funcionemos con números negros”, destacó.
Resaltó que en las operaciones quirúrgicas, por ejemplo, el servicio médico absorbe el 60 por ciento del gasto y el restante 40 por ciento el paciente, pero que se le descuenta quincenalmente de su cheque de nómina.
Agregó que inclusive el pago de algunas operaciones como los trasplantes de riñón o hígado que tienen costos muy elevados, se programan para pagarse hasta en 40 años, “lo que obviamente se considera como una cuenta que nunca se terminará de pagar, y esto también lo absorbe el servicio médico”.